Es el primer día del mes de febrero, con un clima contrastante, que al mismo tiempo entumece las articulaciones y dificulta el andar por las mañanas, como el extenuante calor que agota y hace más extremo el esfuerzo por llegar al siguiente destino para una caravana de centroamericanos que llegan a San Luis Potosí, el punto medio del viaje.
Kevin, como indicó que lo llamemos, es uno de los casi dos mil viajeros provenientes de Honduras, también lo acompañan de El Salvador y Guatemala, descansa esperando mejorar su salud para poder continuar con su camino. A su vez, señala para EL UNIVERSAL que se encuentra aliviado, al menos temporalmente de saber que no tendrá que pasar la fría noche en medio de la carretera o en cualquier punto de la ciudad o de un país desconocido. Los costos del sueño americano comienzan a pasar factura en estas instancias del camino.
Explica que tiene dolor de cabeza, de garganta, su nariz está irritada y experimenta dolor en sus ojos a causa - en buena medida - por el contrastante cambio de clima que caracteriza a estados como San Luis Potosí. “No veía la hora de llegar”. Le urge de encontrarse más cerca con la posibilidad de alcanzar el sueño americano, señala.
Kevin se mantiene agradecido por la atención que le brindan las autoridades al proporcionarle techo, alimento y atención médica, lo que le permitirá, al menos, recobrar fuerza, pues su objetivo es claro: llegar a los Estados Unidos, pues sólo así aspira a mejores condiciones de vida para su hijo y su esposa que aguarda en Tegucigalpa, Honduras esperando otro bebé.
“Tuve que salir del país, allá la situación es muy difícil, hay maras, no hay trabajo, la inseguridad está por todas partes y no hay justicia, pues pagan justos por pecadores”, señala.
Su situación como la de miles de estos migrantes, es resultado de una situación desesperada y a la vez arriesgada, pero motivado por la posibilidad de que cruzar la frontera con éxito como lo buscan también otras dos mil personas, que desde este sábado retomarán el camino hacia Matehuala, municipio ubicado al norte de la capital potosina y dar un paso más hacia lo que estiman podría ser la solución. Al final de la charla, Kevin se dispone a descansar y al mismo tiempo, asimilar los kilómetros recorridos: más lejos de casa pero más cerca del sueño americano.
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gpl