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Con 34 años de edad, Robe como todos lo conocen se ha convertido en uno de los tatuadores más reconocidos en San Luis Potosí. Se ha presentado y ha sido reconocido en convenciones de distintos estados del país.
Sentado en su estudio, con la aguja en mano mientras comienza a formar las curvas de una pulsera con un elefante sobre la muñeca izquierda de Leticia, Robe relata, lo que inició como un síntoma de rebeldía, hoy es lo que le da el sustento a su familia. Su amor por el dibujo y la tinta lo han llevado a enamorarse y convertirse en un profesional de este arte.
En esta profesión se requiere disciplina, en ocasiones es necesario despedirse de las fiestas y bebidas, la concentración debe ser al máximo porque aquí no hay borradores que corrijan los trazos.
Hoy con 20 años de experiencia, continúa con su ritual, su cuerpo y mente deben estar concentrados para poder usar la piel como un lienzo en el que plasma su arte.
Actualmente Robe tiene 7 años con su propio establecimiento, opera con todos los requerimientos legales, como especialista comenta que falta mucha regulación por parte de las autoridades en este sector, pues en ocasiones otorgan el "tarjetón" de permiso únicamente por fines recaudatorios y no se dan a la tarea de supervisar que se cumplan las normativas de higiene o salud para evitar que no se ponga en riesgo la salud de quienes acuden a solicitar este servicio.
Para quienes tienen más de un tatuaje, esto se convierte en una forma de vida, cada uno de ellos tiene su valor especial, Alberto tiene 33 años, 25 tatuajes y más de 40 mil pesos invertidos en su piel. Reconoce que aunque la discriminación ha disminuido, pero cuando lo ven con ropa informal en la que lucen sus tatuajes el trato no es igual a cuando los oculta.
"Ya no es tanto como antes, pero por ejemplo fui a Sears, iba en bermuda y camiseta y los de seguridad empezaron a seguirme, eso no pasa cuando voy con mi vestimenta de trabajo que es de traje".
El nerviosismo es sólo la primera vez, pero una vez que lo pruebas, la tinta, la piel inflamada, la aguja constante causando un ligero dolor se vuelven adictivos, dice.
Los tabús han quedado atrás, hoy ya no es síntoma de rebeldía, portar un buen diseño representa lo que cada uno decide: desde querer sobresalir, mostrarse diferente, recordar esa fecha especial, o algo tan sencillo como la libertad.
vkc