En la actualidad existen muchas mujeres que por desconocimiento no se checan para detectar posibles tumores cancerígenos en su mama, o porque dicen no tener dinero para acudir con un especialista o porque sus maridos no quieren que las revisen, dice Verónica Moreno Arredondo, una mujer que en febrero del 2016 le fue diagnosticado este padecimiento y desde entonces ha pasado ya por dos intervenciones y tratamientos que han sido complicados a nivel personal y de su familia.

Su caso es lo que llama cáncer de mama “in situ”, el cual no se identificó solo con la palpación, sino debido a una inflamación en su ganglios de las axilas que requirió ultrasonido, mamografías y estudios adicionales.

Ella es parte del voluntariado en el IMSS para apoyar precisamente a mujeres que están pasando por este problema y durante prácticamente todos los días están al pendientes para darles alimento cuando son atendidas en los hospitales de la delegación del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), pues las quimioterapias son largas y hay que proporcionarles cobijas dado que les baja un poco la temperatura, así como mangas de compresión cundo hay cirugías y por supuesto pelucas y prótesis.

La experiencia al pasar por esta enfermedad le ha permitido sensibilizarse aún más e impulsar a las mujeres para que tengan una mejorar actitud, es decir, hacerles comprender que el cáncer no es sinónimo de muerte y que aun cuando el proceso puede ser doloroso y desgastante es posible salir adelante, especialmente en la parte de su cuerpo, dado que el perder un seno las remite al miedo debido al golpe moral que esto puede representar.

“No es fácil para nadie, es duro, es doloroso cambia la vida de todas las personas, incluyendo la misma familia porque el nivel de estrés es tan alto que la familia empieza a desmoronarse, uno también se bloquea, el decir la palabra cáncer llega un shock y ves que la vida se te acaba en ese momento, aunque hoy los tratamientos son muy avanzados a veces no alcanzamos a comprender o no nos adentramos a ver lo que es sentirse  mutilada, incompleta, avergonzada tal vez con la pareja  o la gente, eso genera baja autoestima y lo que hacemos en el voluntariado es que la mujer se vuelva a sentir completa como cualquier otra”, señala Verónica.

Actualmente son alrededor de 250 mujeres las que atienden por año a través del voluntariado e invita a todas las mujeres, hayan pasado o no por este problema, a que acudan a las oficinas del voluntariado y obtengan información acerca de la enfermedad, las posibilidades que hay para su detección oportuna, sus tratamientos, y en caso de que ya exista el problema o tengan a algún familiar con cáncer de mama, acudan para solicitar alguno de los apoyos que se otorgan de manera totalmente gratuita como las prótesis de hule espuma, que da un aspecto talmente natural, o bien de linaza que pueden ser colocadas tras una intervención.

El voluntariado atiende actualmente en sus oficinas de la delegación a un costado del teatro del IMSS de lunes a viernes de 17:00 a 19:00 de la tarde y en los hospitales de Cuauhtémoc y la clínica número 50 del IMSS de 09:00 a 13:00 de la tarde.

Actualmente el IMSS ha efectuado de enero a octubre del 2018, un total de 20 mil 636 estudios de mastografía, de los cuales siete mil 684 corresponden a los realizados en la unidad móvil y 12 mil 952 en clínicas y unidades médicas del instituto.

Para tener un mayor alcance en esta lucha, las brigadas de atención y con la Unidad Móvil de Mastografía visitan centros de trabajo para que aquellas mujeres que se encuentran con tiempo limitado por cuestiones laborales puedan efectuarse dicho estudio. Dicha unidad, también continúa en campaña por los diferentes hospitales y clínicas.

La Secretaría de Salud por su parte emite al menos tres acciones para la detección:

• La autoexploración se debe recomendar a partir de los 20 años; tiene como objetivo sensibilizar a la mujer sobre el cáncer de mama y tener un mayor conocimiento de su propio cuerpo e identificar cambios anormales para la demanda de atención médica apropiada.

• El examen clínico debe ser practicado anualmente, a partir de los 25 años, por personal de salud capacitado en la exploración de las mamas.

• La mastografía de tamizaje se recomienda en mujeres aparentemente sanas de 40 a 69 años de edad, cada dos años.

sergio.marin@clabsa.com.mx

vkc

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