Se hacen discursos celebrando los resultados de las políticas de seguridad durante la administración de la aspirante a la Presidencia, Claudia Sheinbaum. Bien vale revisar algunas cifras con sus propios datos oficiales para verificar si el alarde se corresponde con la realidad. Por lo pronto, por lo que se refiere a los feminicidios, ella recibió la capital en diciembre de 2018 con el registro de 47 anuales, según datos oficiales del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. En los siguientes años, los feminicidios repuntaron en la capital al grado de ser la segunda entidad federativa del país con más feminicidios, solo después del Estado de México. En 2019, la ciudad registró 72 feminicidios. Ese mismo año, estados como Guanajuato, Jalisco o Nuevo León registraron 18, 65 y 67 respectivamente.

En 2020 la situación empeoró. Ese año el Ministerio Público contabilizó 78 feminicidios en la CDMX. Guerrero contabilizó 13, Nayarit 12, Jalisco 70, y Tamaulipas 11. Para 2021 parecía que las cosas empezaban a mejorar ligeramente. Se iniciaron carpetas de investigación por 68 feminicidios. Ese año, Jalisco registró 71 y Veracruz quedó igual con 68. Pero en 2022 hubo una regresión. La Ciudad de México contabilizó 75. Quedando en tercer lugar solo por detrás del Estado de México y Nuevo León.

Solo para no dejar las cifras de este año a un lado. Hasta el momento, el conteo de feminicidios en la ciudad va en 33. Solo el Estado de México, Nuevo León y Veracruz van a la cabeza. Con estos datos, queda claro que, sobre todo las mujeres capitalinas viven actualmente en una de las ciudades más inseguras del país solo por el hecho de ser mujeres.

Las noticias de los últimos meses relacionadas a la seguridad en la Ciudad de México no son alentadoras. Conozco de cerca a cuatro familias que han sufrido asaltos en su domicilio en los últimos dos meses. Ese puede ser un referente insuficiente, el hecho es que son cada vez más frecuentes los actos delictivos a plena luz del día sin que las autoridades realicen acciones contundentes para garantizar la paz y la tranquilidad de quienes viven y transitan por la capital del país.

El 19 de agosto, un ciudadano indio fue asaltado y asesinado en el Viaducto luego de haber retirado 10 mil dólares de una casa de cambio en el Aeropuerto, igual le sucedió al esposo de una conocida en noviembre del año pasado. Hay que agregar que el aeropuerto es administrado por la Secretaría de Marina. Si se circula por el Viaducto es más fácil encontrar policías de tránsito en cada entrada listos para perseguir e infraccionar (o extorsionar) a los automovilistas que policías preventivos. No hay policías en una de las avenidas más importantes de la ciudad para percatarse en tiempo real de un asalto y un homicidio a la luz del día.

Otro ejemplo es la tendencia de robos en joyerías de grandes centros comerciales. Uno de ellos en una de las plazas más antañas y exclusivas de la Ciudad, Antara. De este robo se logró detener a algunas personas. El otro robo, en la plaza Parque Tepeyac, alcaldía Gustavo A. Madero. Aquí también hubo detenidos. Y se han registrado 73,216 delitos contra el patrimonio. Las cifras no parecen coincidir con los triunfales discursos de precampaña.

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