Eran mujeres de diferentes nacionalidades y con realidades muy distintas entre sí. Sin embargo, compartían el objetivo de combatir la violencia de género. Llegué hasta ahí con la intención de conocer sobre las libertades y restricciones que viven las mujeres en algunos países musulmanes, pero en ese intercambio de experiencias había interés por saber lo que ocurre de este lado del mundo. Preguntaron con preocupación sobre la situación en México. Me sacudió que las agresiones en contra de las mujeres en nuestro país estuvieran en el radar de quienes viven tan lejos de nosotros.

Una de ellas mencionó a las muertas de Juárez. Lo hizo en español aún cuando no habla ese idioma. Y es que fueron los feminicidios ocurridos en esa ciudad fronteriza los que la acercaron al tema. Los documentales y reportajes al respecto llegaron en su momento a los oídos de activistas de todo el mundo. Lo tremendo es que, aun cuando ese horror se hizo internacionalmente visible, nunca se esclareció. No sabemos quiénes fueron los responsables. Esas muertes siguen impunes como lo siguen también los miles de asesinatos de mujeres que ha habido en los años posteriores en México.

En todas las regiones del planeta hay retos importantes en el esfuerzo por mejorar las condiciones de vida de las mujeres. Son ellas quienes padecen con mayor severidad el desempleo, el analfabetismo, la inequidad, la falta de acceso a salud, los efectos por la devastación del planeta y la discriminación, entre muchas otras problemáticas. Sin embargo, no en todos los países enfrentan un riesgo tan alto de ser violentadas, desaparecidas y hasta asesinadas como en México.

Las propias autoridades mexicanas reconocen que, si bien ha habido una disminución en la incidencia de varios delitos, los feminicidios van a la alza. Es una crisis que tiene que resolverse de manera urgente. Lamentablemente no parece haber una estrategia para ello. No parece siquiera que exista el suficiente interés por frenar esa violencia. El tema se menciona poco en el gobierno federal y los esfuerzos aislados por enfrentarlo no han conseguido resultados.

El hecho es que en México se están asesinando mujeres como en muy pocos lugares del mundo. La protección no llega y la justicia tampoco. Sin embargo, muchas estamos unidas en esa exigencia. Queremos una nueva realidad en la que internacionalmente no se hable de las muertas de Juárez y sí de las vivas de México.