La salud pública de este país está en crisis. Ha habido importantes esfuerzos en las décadas recientes para tratar de mejorarla, pero sigue sin alcanzar una cobertura adecuada y una calidad suficiente. En esta administración ha tenido un deterioro considerable. Con la desaparición del Seguro Popular muchas personas tuvieron que acudir a los servicios privados.

Lamentablemente el Instituto de Salud para el Bienestar, Insabi, no ha sido capaz ni de sustituir los programas anteriores, ni de atender a todos los pacientes. En 2021, solo el 40 por ciento de las personas que tuvieron algún incidente de salud acudieron al sector público. Con la pandemia el problema se acentuó. De acuerdo a la encuesta Ensanut 2021, siete de cada 10 enfermos de coronavirus usaron servicios privados.

Precisamente la salud fue uno de los temas centrales durante la promoción del cuarto informe del presidente López Obrador. Muchos escuchamos reiteradamente el spot en el que aseguraba que “durante los gobiernos neoliberales, por corrupción, se apostó a privatizar la salud, ahora que ya pasó la pandemia, afortunadamente, estamos dedicados a levantar el sistema de salud pública”. Que en Palacio Nacional tengan claro que el sistema de salud necesita que lo levanten y estén dedicados a ello es una buena noticia. Hay mucho por hacer y el tiempo apremia.

Ya en el informe el presidente habló poco sobre el tema. Mencionó que se ha logrado instaurar el IMSS Bienestar en tres estados: Nayarit, Tlaxcala y Colima. Dijo también que se prevé incorporar a este sistema al resto de los estados a mediados del próximo año.

El IMSS Bienestar ha sido la carta de este gobierno para suplir al fallido Insabi. Su implementación en todo el país en cuestión de meses se ve muy cuesta arriba, cuando con lentitud ha alcanzado la cobertura solamente en tres estados pequeños y con poca población.

Las protestas por la falta de medicamentos y de tratamientos han sido una constante. Al respecto, el presidente informó que el abasto de medicinas está al 95 por ciento y que se cuenta con el 84 por ciento de médicos generales y enfermeras. Sin embargo, hay datos que muestran que son cada vez más los mexicanos sin acceso a servicios de salud. De acuerdo al Coneval, entre 2018 y 2020 el porcentaje de la población mexicana sin acceso a servicios de salud casi se duplicó; pasó de 16.2 a 28.2 por ciento.

Esto representa un golpe para la economía familiar. Según el Centro de Investigación Económica  y Presupuestaria, los gastos personales en consultas, medicinas y atención hospitalaria aumentaron 40 por ciento entre 2018 y 2020. Por eso cada vez más mexicanos acuden a los consultorios de las farmacias privadas. La atención médica a bajo costo que ahí se brinda, ha sido la solución ante la ineficiencia del sector público. Y sin embargo, en uno más de sus desatinos, el subsecretario de salud Hugo López-Gatell dijo que lo deseable es que dichos consultorios no existan.

La crisis en el sistema de salud ha sido tema en la conferencia mañanera. El 3 de mayo de este año el presidente reconoció que es necesario levantarlo y puso una fecha para que suceda: “Nos hemos propuesto tener el sistema de salud funcionando de manera óptima en el primer trimestre del próximo año. Todas las medicinas, todos los análisis clínicos, todas las intervenciones.”

Estamos a siete meses de que ese plazo se cumpla. Ojalá que se logre realmente cumplir con este compromiso crucial. El mismo presidente López Obrador ha dicho que “la salud es un derecho humano fundamental”. Veremos si logra garantizar ese derecho a sus gobernados.

@PaolaRojas

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