Llama la atención la decisión que tomó el Comité Noruego. Otorgó el premio Nobel de la Paz a los periodistas María Ressa, de Filipinas, y Dmitry Muratov, de Rusia. Desde 1935 no se había entregado a alguien de este gremio. El mensaje es poderoso, lo recibieron por sus "esfuerzos para salvaguardar la libertad de expresión que es una precondición para la democracia y la paz duradera". Ambos han librado duras batallas en sus países y han sido acosados por sus respectivos gobiernos.
María Ressa ha trabajado para medios internacionales y ha dirigido informativos muy importantes en su país. En 2012 fundó junto con otros periodistas el sitio Rappler. Ha sido desde ahí donde ha podido denunciar los abusos cometidos por Rodrigo Duterte desde su llegada al poder. La respuesta del gobierno ha llegado por distintas vías; lo mismo ha intentado quitarle la licencia a Rappler como medio de comunicación, que ha buscado enviarla a ella a prisión por delitos fiscales que no han podido demostrar.
Antes del Nobel, María ya había recibido muy importantes reconocimientos por su labor periodística. En abril de este año, la Unesco le otorgó el Premio Mundial de la Libertad de Prensa.
Dmitry Muratov, por su parte, recibió en 2007 el Premio Internacional a la Prensa Libre por parte del Comité para la Protección de Periodistas; en 2010 le otorgaron el Four Freedoms Award y en 2016 la Asociación Mundial de Periódicos y Editores de Noticias lo hizo acreedor a la Pluma de Oro.
Al igual que María Ressa, Muratov fundó junto con otros colegas un medio de comunicación que desde 1993 ha denunciado la corrupción gubernamental y los atropellos a los derechos humanos: el diario Novaya Gazeta, que ha enfrentado en muchas ocasiones la furia del implacable presidente Vladimir Putin.
“La señora Ressa y el señor Muratov representan a todos los periodistas que defienden esos ideales en un mundo en el que la democracia y la libertad de prensa se enfrentan a condiciones cada vez más adversas”, dijo la presidenta del Comité Nobel, Berit Reiss-Andersen. Al hacer el anuncio de que ellos eran los ganadores, destacó también que “el periodismo libre, independiente y basado en hechos sirve para proteger contra el abuso de poder, la mentira y la propaganda de guerra”.
Es un reconocimiento para ellos y al mismo tiempo es una llamada de atención para los gobiernos que acosan a la prensa. Los mandatarios que limitan la libertad de expresión no permanecen impunes. Aun cuando en sus países ejercen un gran control y se permiten a sí mismos incurrir en excesos, a nivel global lo que construyen es desprestigio.
La solidaridad internacional entre periodistas y ciudadanos es esencial para proteger a las voces críticas. Quienes tienen la tentación de silenciar a la prensa, deben saber que en el mundo sobrarán quienes los denuncien y exhiban sus abusos.
@PaolaRojas