Se trata de dos hechos diferentes pero que, en la narrativa política se cruzan e influyen uno en el otro, en ambos sentidos. Dos hechos distintos que inevitablemente se retroalimentan en un episodio más de la lucha por el poder, sin que los confrontados atinen a ofrecer soluciones desinteresadas a los problemas del país. 

Uno fue de esos hechos el veredicto de culpable por narcotráfico y falsedad de declaraciones que un jurado estadounidense dictó el martes pasado a Genaro García Luna. El otro es la marcha por el INE que tendrá lugar este mediodía, con la expectativa de superar por mucho la participación ciudadana de la del pasado 13 de noviembre, y que las 122 organizaciones convocantes han denominado la “primavera mexicana”, en forzado símil con la “primavera árabe”, aquel episodio histórico que reventó en diciembre de 2010 y enero de 2011 a regímenes autoritarios de países del norte de África y el Medio Oriente. Sobre el juicio a García Luna se ha dicho que fue declarado culpable sin que se mostrara evidencia de las acusaciones que le enderezaron narcotraficantes y otros delincuentes en calidad de testigos protegidos que negociaron beneficios para sus procesos judiciales a cambio de sus dichos. 

   Pero el hecho es que, para la justicia estadounidense, el ex director de la AFI y ex secretario de Seguridad Pública Federal recibió sobornos para proteger al cártel de Sinaloa, contribuyó a la eliminación de sus rivales, permitió el paso de toneladas de cocaína que acabaron en las calles de las principales ciudades del país vecino y mintió al solicitarle asilo político. 

   Se trata pues de una verdad jurídica que el juez Brian Cogan coronará el próximo 27 de junio al dictarle una sentencia que, según los entendidos, podría ser de al menos veinte años de prisión, si no es que cadena perpetua. Y es que se impuso la narrativa de los fiscales y sus testigos. Perdió la de los defensores, quienes centraron su estrategia en desacreditar a los acusadores. 

   Es inevitable preguntarse si los expresidentes Fox y Calderón ignoraban los pasos de quien fuera su influyente subordinado. Ambos han dicho que nada sabían, pero la duda crece y los implica. 

   Calderón apareció el domingo pasado como columnista del Reforma con una severa crítica a lo que llamó “el autoritarismo obradorista” y con un urgente llamado a “la resurrección de la oposición política”, lo que implica que la considera muerta. Propuso dos caminos “no excluyentes”, según dijo: la recuperación desde la ciudadanía de los partidos políticos existentes y la construcción de un nuevo partido político opositor. 

   Pero lo que parecía un gran “timing” de Calderón para arrebatar las banderas opositoras a una semana de la marcha de hoy, se convirtió dos días después en un fardo que le cayó con el veredicto contra quien fuera el hombre más poderoso e influyente de su gabinete. 

   Entonces, por extensión, las consignas de “el INE no se toca”, “la democracia no se toca” se convirtieron en “García Luna no se toca”, “la mafia del poder no se toca”. AMLO, muy a su estilo, habilidoso para unos, marrullero para otros, volvió a ganar la narrativa. 

   Hoy veremos en la marcha, si la movilización ciudadana, logra remontarla a su favor. 

Instantáneas 
1. LA MARCHA. Son 122 las organizaciones convocantes y tendrá lugar en 82 ciudades del país y del extranjero a las once de la mañana. En la ciudad de México la cita es en el Zócalo. Están previstos dos oradores: la periodista y política Beatriz Pagés, y el ministro en retiro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, José Ramón Cossío. La agenda marca que sus discursos no serán de más de quince minutos. Después, tras entonar el Himno Nacional, avanzará hacia el edificio sede de la Corte, donde colocarán flores blancas y rosas, y demandará al máximo tribunal del país frenar, por inconstitucional, la reciente reforma electoral. La consigna es “mi voto no se toca”. 

2. PLAN B. Como se preveía en este espacio en la anterior entrega, el Plan B de reforma electoral fue aprobado el martes 21 de febrero pasado por la mayoría de Morena y sus aliados en el Senado, aunque sin la cláusula de la “vida eterna”, la que permitía la transferencia de votos para los mini partidos. Se completó así el visto bueno del Congreso que lo envió al Ejecutivo para su promulgación. Al día siguiente, el miércoles 22 de febrero, la Suprema Corte admitió la primera demanda presentada por el bloque opositor y legisladores en contra del primer paquete de reformas de Plan B, por lo que las modificaciones a la Ley General de Comunicación Social y la Ley General de Responsabilidades Administrativas, no podrán aplicarse para los comicios en marcha del Estado de México y Coahuila. Quedó radicada en la ponencia del ministro Alberto Pérez Dayán que concedió la suspensión solicitada por los partidos Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI), de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano, así como 197 diputados y senadores de la oposición, hasta que se resuelva el fondo del asunto. Pérez Dayán consideró que de aplicarse los nuevos criterios de esas leyes para los comicios del 4 de junio próximo en el Edomex y Coahuila, se ocasionaría un daño a la sociedad, pues se modificarían las reglas de un proceso que ya está en marcha. Todo indica que el resto de las modificaciones previstas en el Plan B también irán a parar a la Corte, cuyo pleno tendrá la última palabra. 

3. MÁS DE CORCHOLATAS. Aunque sea para tratar asuntos relacionados con la agenda legislativa que le interesa desahogar al gobierno federal o para revisar la política exterior del país o incluso para agradecer los buenos oficios por la recuperación del parque Luis Pasteur de la CDMX, el líder de la fracción mayoritaria del Senado, Ricardo Monreal mantiene constante y permanente comunicación con los otros tres aspirantes a la candidatura presidencial de Morena. Durante los últimos días se ha reunido con el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, con el de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard y con la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum. Con esta última sostuvo la reunión que más llamó la atención dados los antecedentes de rivalidad que han tenido ambos políticos, desde el desconocimiento de Monreal de la encuesta que le dio a Sheinbaum la candidatura morenista a la jefatura de gobierno, hasta el reciente “mantén a tus perros amarrados Claudia” al denunciar una campaña de bots en redes sociales que lo atacan y desprestigian. El caso es que en la reunión de ambos en el Palacio del Ayuntamiento pactaron unidad y volvieron a la cortesía política. Dicen los que saben que esto obedece a que Monreal sopesa dejar su aspiración a la candidatura presidencial para alzarse con la de jefe de gobierno capitalino. 


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