Omar García Harfuch, pre-candidato de la Izquierda a gobernar la CdMx, solo ha asistido a una entrevista con periodistas de visión de Izquierda.

¿Por qué? ¿Qué quiere evitar?

Tal vez preguntas relevantes, como las que le hicieron esos periodistas, Álvaro Delgado y Alejandro Páez.

¿Eres de Izquierda?

Harfuch respondió:

—Coincido plenamente con los valores de Morena… y de la doctora Claudia Sheinbaum.

Una respuesta incierta. Ser de Izquierda no es ser leal a tu jefa inmediata de arriba. Ser de Izquierda es gobernar para favorecer de forma concreta a los de abajo.

Cuando le preguntaron sobre su relación amorosa con Ninfa Salinas, la hija del cuarto hombre más rico del país, amén de un empresario que propaga una retórica anti-gobierno, la retórica del capitalismo anarquista, semejante a la de Milei en Argentina, respondió:

—Justamente por temas de seguridad, no hablo de mi vida privada.

¿Es de interés público su relación con ese capitalista anarquista dueño de medios de comunicación?

Desde luego.

Y así se fue aquella entrevista que nos dejó entrever a un jefe de policía que no cree que deba responderle nada a los ciudadanos —o aún más inquietante: que no sabe qué responderles.

El resto de las entrevistas de Harfuch han sido con periodistas no de Izquierda y abundaron aquellas con los que cubren la farándula.

La misma estrategia comunicativa que tuvo Marcelo Ebrard: apelar al público que supuestamente no sabe lo que debe exigirle a un gobernante. Ser simpático y guapo y anodino. Que esos tontas y tontos voten por un gobernante por las razones equivocadas.

¿Te gusta el futbol, Omar?

La misma estrategia por cierto que tuvo en su campaña Cuauhtémoc Blanco en Morelos y que resultó en un electorado que lo eligió por ser un formidable futbolista —y lo ha padecido 5 años como gobernador porque es un profundo ignorante de lo que es gobernar, amén de un incansable tejedor de esquemas para enriquecerse.

—Harfuch fue jefe de la policía de Guerrero hasta 20 días antes de la desaparición de los 43 estudiantes en Ayotzinapa —dijo Julio Astillero en su programa de youtube. —¿Debemos creer que el apretado tejido de corrupción entre la policía y los narcotraficantes que llevó a la tragedia no existía 20 días antes, cuando él fue jefe de la policía?

Cito a Julio de memoria, imprecisamente. En todo caso lo relevante es que el periodista se lo preguntó a sus espectadores, no a Harfuch, porque Harfuch se encontraba en ese mismo momento en una entrevista en Todo para la Mujer con Marcelo Ebrard.

Conocemos ya la estrategia de la 4T para capturar las plazas donde no tiene organización firme ni arrastre popular. Apuesta por un candidato popular aún si no es de Izquierda. Mejor ganar el territorio así, con alguien no de Izquierda y no fiable, que por lo menos asegure que no responda a la Oposición.

¿Pero por qué seguir la misma estrategia en la capital del país?

En la CdMx, Morena tiene una candidata de Izquierda y muy popular, con un proyecto atractivo e innovador, amén de ya probado en la alcaldía que ya gobernó. Clara Brugada de Iztapalapa.

En estos días han proliferado las especulaciones del por qué Claudia Sheinbaum favorece a Harfuch sobre Clara. Es indigno zambullirse en ellas, cuando vivimos en democracia. La democracia depende de una conversación pública transparente. Así, Claudia debiera aclarar de forma pública si lo favorece y por qué no apoya a la candidata que ennoblece a la 4T.

¿Cuál es tu proyecto para la capital de la República? —le preguntó un incisivo Oscar Mario Beteta a Harfuch.

—Pues, este —titubeó Harfuch, sonrió, volvió a intentar una respuesta: —Hay muchísimos proyectos que la doctora Claudia Sheinbaum encabezó y que estoy seguro que darles continuidad y fortalecerlos es la mejor manera de contribuir a su equipo de mi parte.

No, así no: la obediencia hacia los de arriba, la indefinición hacia los de abajo.

Así ya no.

Así ya nunca.

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