Luego de siete años, la tumba en la que se encuentran los restos de Karla Pontigo Lucciotto, tiene una placa que la identifique. Ahí sobre la placa una rosa blanca fue colocada en su memoria.
Karla Pontigo fue presuntamente asesinada y víctima de agresión sexual en un antro de nombre Play el 28 de octubre del 2012, según sus familiares y quienes han representado a la familia legalmente; pese a las pruebas el caso fue declarado una muerte accidental, la joven habría chocado con una puerta de cristal del establecimiento en el que trabajaba, según resolvió la extinta Procuraduría General de Justicia del Estado, hoy Fiscalía General del Estado.
María Esperanza Luccioto López, mamá de Karla, señala que a siete años de lo ocurrido no detiene su búsqueda de justicia, pese a que el dictamen de reabrir el caso está en manos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación desde noviembre del 2016.
Confía en que el caso sea reabierto para que su hija obtenga justicia y siente un precedente para otros similares y que su peregrinar no se repita para ninguna madre.
Reconoció que gracias al apoyo de organizaciones y Amnistía Internacional ha podido empujar el caso hasta donde se encuentra, sin embargo, también lamenta que aunque pase el tiempo, el dolor siga presente.
“Puede pasar el tiempo, aquí sigo”.
Apuntó que es preocupante que aún con la declaratoria de Alerta de Género, el índice de feminicidios siga creciendo en la entidad.
Dijo que desea brindar un voto de confianza a las autoridades para que las medidas de prevención den resultados y un caso como el de Karla no se repita.
“Quiero justicia porque se lo merece, ella y todas”, agregó.
apl