Como consecuencia del crecimiento de la población y de la industria en la Zona Metropolitana de San Luis Potosí, la disponibilidad del agua que se extrae del subsuelo se encuentra en riesgo, pues incluso en la actualidad se perforan pozos que alcanzan profundidades de hasta 350 metros para poder obtener el líquido.

El doctor José Alfredo Ramos, jefe de la División de Geociencias Aplicadas del IPICYT, dijo que para seguir contando con el líquido se deben seguir estudiando factores naturales (clima, geología, hidrogeología) y antropogénicos (manejo del recurso hídrico y cambio de uso de suelo).

Dijo que en el acuífero del Valle de San Luis Potosí (VSLP) los flujos se han invertido hacia un gran cono de abatimiento en la zona urbana y la lluvia proveniente del Pacífico y del Golfo de México descarga en las zonas montañosas, como la Sierra de San Miguelito y la Sierra de Álvarez, que aunque no alimentan al principal acuífero del valle, tienen una enorme importancia ecológica para la Zona Metropolitana.

Explicó que existen tres acuíferos en el valle: el somero, con una extensión limitada (sólo zona urbana) y poco espesor (menor a 40 metros), que está formado por depósitos aluviales con limo, arena y grava. Debido a su poca profundidad, responde rápidamente en la época de lluvias, pero con presencia de contaminantes. Una capa de arenisca separa el acuífero somero del acuífero medio, que está compuesto por un medio granular que rellenó las fosas tectónicas y que ha sido el más explotado”, agregó el doctor en Ciencias.

“El crecimiento urbano ha reducido las zonas de recarga naturales, debemos considerar al agua como un recurso no renovable, el agua subterránea se considera como un recurso minado, los acuíferos son explotados por el hombre en proporciones que exceden por mucho los tiempos de renovación del agua subterránea, para lo cual es importante conocer la edad del agua, es decir, el tiempo transcurrido desde su infiltración”, señaló.

El doctor en Geofísica por la UNAM indicó que en este momento las prácticas de extracción han derivado en un constante descenso del nivel piezométrico, aumento de costos por extraerla debido a una mayor profundidad de los niveles de bombeo, reducción en los volúmenes de producción, utilización y búsqueda de agua superficial en el valle y fuera de éste para uso potable y se ha incrementado el riesgo de contaminación y de subsidencia.

etp

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