Programas asistenciales que desarrolla el gobierno federal corren el riesgo de convertirse en un despilfarro de recursos económicos si no se implementa una adecuada planeación y no se colocan al frente a personas con pleno conocimiento de esta política, quienes deben establecer una estrategia de distribución segura desde arriba hasta abajo, para evitar que de nueva cuenta se conviertan en una cadena de corrupción como han sucedido en otras ocasiones, consideró Antonio Gutiérrez, director de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP).

Indicó que el plan como tal es positivo para tratar de ayudar a las personas en condición de vulnerabilidad, sin embargo, advirtió riesgos si no se crea una estrategia adecuada que permita a los beneficiarios salir de sus estatutos y posibilitar que puedan por si solos crear sus propias condiciones de desarrollo, ya que de lo contrario se podría solapar a ciudadanos flojos e improductivos, acostumbrados a recibir el apoyo sin hacer nada.

"Son paliativos de los cuales se esperan resultados, pero primero se tiene que ver el alcance que tiene. En principio son positivos para ayudar a la gente más vulnerable, no obstante, si no se trabajan bien pueden tener desviaciones que podrían representar un problema de corrupción importante", señaló.

Apuntó finalmente que los responsables del manejo de estos programas deberán ser personas experimentadas, honorables y darle el seguimiento necesario para evaluar el resultado de los apoyos y determinar el momento en el que éstos deben ser suspendidos para evitar el derroche de recursos.

sergio.marin@clabsa.com.mx

vkc

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