El consumo excesivo de alcohol, embutidos o mariscos, puede originar el aumento de los niveles de ácido de úrico en la sangre, cuya condición de salud también se le conoce como “gota” y afecta más a hombres que a mujeres, reveló la doctora Rosario Elena Morales Fonseca, coordinadora auxiliar del Primer Nivel de Atención Médica de la Oficina de Representación del IMSS San Luis Potosí.

Detalló que, padecimientos como la hipertensión arterial influyen en esta condición, incluso, puede existir una predisposición hereditaria.

Destacó que no solo el consumo de carnes rojas condiciona el incremento de los niveles de ácido úrico en el organismo; también lo hace la ingesta de alimentos procesados altos en sodio e, incluso, tomar algunos medicamentos por periodos prolongados.

La especialista del IMSS indicó que gran parte de éste se disuelve en la sangre, viaja a los riñones y es desechado por la orina en forma de sales de sodio o en forma libre. Indicó que “si el cuerpo tiene una sobreproducción o no es eliminado de forma adecuada, puede generar otros padecimientos, entre los que destacan los de tipo renal como los cálculos, que podrían bloquear las vías urinarias y ocasionar infecciones renales o insuficiencia renal”.

Morales Fonseca mencionó que la concentración de ácido úrico con altos niveles puede resultar incapacitante para el desarrollo de las actividades diarias de las personas, debido a los ataques repentinos e intensos de dolor que se suelen presentar en las áreas afectadas.

Dijo que al principio la gota afecta una sola articulación y, en más de la mitad de los casos, el primer ataque se manifiesta en el dedo gordo del pie, aunque también se puede presentar en tobillos, muñecas e incluso codos.

“La ingesta de alcohol aumenta los niveles de ácido úrico y reduce la excreción de orina, debido a que produce acidez en la sangre y en el riñón, por lo que es muy importante que las personas que presentan elevación en los niveles dejen de consumirlo”, indicó.

Precisó que en las UMF del IMSS se atiende de inicio este padecimiento con asesoría nutricional; se orienta e informa sobre la adopción de un régimen alimenticio bajo en grasas y purinas, así como la pertinencia de incrementar la ingesta de alimentos que contengan grasas insaturadas o poliinsaturadas, además se otorga tratamiento farmacológico.

Por último, recomendó realizar actividades físicas al menos por 30 minutos, tres veces por semana como mínimo, consumir dos litros de agua al día, así como asistir a su UMF en caso de presentar alguno de los síntomas enunciados.

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