El intercambio de miradas en medio del caos de la emergencia sanitaria que no da tregua a nivel mundial, por la propagación del SARVS-Cov2, fue  el inició de su historia de amor. Patricia es enfermera y Josimar es camillero, ambos trabajan en un hospital de atención Covid-19 en San Luis Potosí.

En marzo de 2020, Patricia fue asignada al área de Josimar y comenzaron a verse todos los días, hasta que él se animó a pedirle su número celular. “En el tiempo que nos conocimos fue un período de mucho estrés y preocupación, porque hay cosas que el público en general no conoce”, dice Josimar. “Estamos en la primera línea de batalla, eso suena a que solamente ahorita por la pandemia, pero realmente son los 365 días del año. Estamos en riesgo constante con miles de enfermedades, no sólo el Covid”, afirmó Josimar.

Los pacientes, que en un principio eran clasificados como casos sospechosos de Covid-19, empezaron a llegar al hospital donde ellos trabajan. Patricia y Josimar mencionan que fue muy difícil el inicio de su relación amorosa, por el cúmulo de trabajo y porque dejó de haber compañerismo, con frases como “a mí no me toca”, o “hazlo tú, yo no quiero hacerlo”. El ambiente laboral se tornó hostil debido a que había mucha presión.  Sin medidas ni protocolos aún establecidos, el miedo comenzó a ser una constante.

Josimar platicó con El Universal San Luis acerca de cómo fueron esos primeros días de pandemia dentro del hospital. “Las jefas estaban súper estresadas, nadie iba a trabajar porque no estábamos ni entrenados, ni capacitados para una pandemia, ni en la escuela, ni en el mismo hospital te capacitan ‘si pasa una pandemia van hacer esto’ todo va al día a día… fue un proceso larguísimo para poder llegar al punto donde estamos ahorita.”

Patricia y Josimar decidieron darle una oportunidad al amor, a pesar del estrés cotidiano ante la propagación del Covid-19. Además de tener que tomar precauciones para no contagiarse del virus, también tuvieron que blindar su relación de ante la burocracia del sistema de salud.

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El caos también estaba presente en sus planes personales, debido al Covid-19 Josimar perdió un viaje a Brasil que había estado planeando con mucha anterioridad, perdió sus boletos. Patricia tampoco la estaba pasando muy bien, a esto se le sumó el riesgo de perder la vida ante el coronavirus. Patricia y Josimar pasaron más de un mes y medio en la misma área, ahí compartieron sus temores, comían juntos, se reían juntos y platicaban mucho en los tiempos muertos, así fue como su vínculo se volvió más cercano.

El proceso de formalizar una relación podría tardar unos seis meses, según el cálculo de Josimar, la pandemia y la convivencia aceleró el tiempo y para el mes de abril de 2020 ante ellos, sus familias y compañeros de trabajo ya eran novios. “Me gusta repetir que conspiró a mi favor el universo, porque en lugar de tocarme dos veces a la semana, en ese tiempo me tocó un mes y medio en esa área, nadie quería estar ahí, pero fue de “yo sí quiero”, porque ahí está la chica que me gusta”. Para Josimar, ver a Patricia todos los días fue su impulso para ir a trabajar con menos miedo por el Covid-19.

Su relación se convirtió en un respiro en la incertidumbre, donde tenían que aprender a manejar la situación derivada del coronavirus, donde vieron pasar la perdida de compañeros. Para Josimar y Patricia fue un golpe muy duro afrontar la muerte, “… de por sí, diario o en cualquier día tú la afrontas con cualquier paciente que no sea Covid, imagínate que lo veas con personas con las que convivías normalmente en el trabajo o sus familiares.” Patricia y Josimar iluminaban sus guardias de 12 horas nocturnas. “… nadie quiere entrar al área y tú pasas con tu chica de la mano, por todo el hospital… Íbamos a cenar juntos, a desayunar juntos al comedor del trabajo entonces, era así la luz, como una velita en una casa cuando no hay…”

Patricia dijo que no tenía planeado comenzar una relación en tiempo de Covid, no sé la creía. Un movimiento en el comedor de empleados por parte de Josimar, después de pedirle su número fue una de las primeras señales de que esto iba en serio, esta acción se repitió todos los días. “…sentir esa emoción de verlo todos los días en ese lugar. A veces vas al trabajo y dices ‘¡ay! ir al trabajo, no va a estar interesante’, fue convertirse en una motivación en este momento de ir a trabajar mientras que otros te cuestionan ‘¿ay no te da flojera?, ¿no te da miedo?’, y mi respuesta era no, yo quería ir a estar con él, verlo todo el tiempo, si era más emocionante en medio de esta pandemia que nos llegó de sopetón”.

La enfermera y el camillero, tuvieron que enfrentar las llamadas de atención de sus superiores, los malos comentarios de sus compañeros, las adversidades y los cambios de guardia y hasta de clínica.  Estuvieron bajo vigilancia por dos meses, porque siempre estaban juntos y dejando muy en claro que eso no les impedía cumplir con sus responsabilidades. El trabajo de Josimar es movilizar a los pacientes para la toma de radiografías, estudios, curaciones y limpieza, apoyan a  las enfermeras, es por eso que en Patricia encontró a la compañera de guardia ideal.

El hospital era el único lugar donde podían verse, debido a la contingencia todo estaba cerrado, aquí no hubo oportunidad de tener citas, como dijo Josimar “ir por un café o unas chelas”. “… todo fue más real y lo compartimos dentro del trabajo, fue lo más chido”. El ser equipo y sobrevivir juntos a una pandemia les dio las herramientas afectivas para darse cuenta de que en verdad querían estar juntos. El contagiarse de coronavirus, al mismo tiempo, fue una prueba más a superar durante la contingencia sanitaria.

“Me cambian de clínica y nos da Covid al mismo tiempo, casi morimos los primeros cuatro días, nos enfermamos así pero mal, mal, mal… yo la verdad en un principio no creía en eso, como siempre estuve en área Covid, yo creí que había hecho anticuerpos, que no me iba a pasar nada… el 25 de diciembre me quedé sin olfato y todos los síntomas, igual Paty, pasamos la navidad en casa de ella”.

Josimar mencionó: “yo pensé que (el covid) me había quitado todo. Me quitó mi viaje, mis vacaciones, me quitó muchas cosas, me quitó mi coche, mi departamento… pero en realidad, gracias al Covid estamos juntos. Él dice que conocer a Patricia les ha dejado el aprendizaje de trabajar en equipo para mejores cosas, para recuperar lo perdido. A un año de conocerse ahora viven juntos y están formando una familia de una manera única e igualable.

Patricia dijo que él, vino a ser su calma y ella la de él, “es mi felicidad, mi tranquilidad y yo para él igual… si es de quédate aquí conmigo” y Josimar no puede dejar de estar agradecido “gracias al universo por conjurar a nuestro favor y juntar nuestras energías, no sé, es magia pura.”

Un autorretrato del Coviamor 

“Esa foto del cuadro que nos pintó es bien linda y bien importante, porque fue de las primeras veces en las que a mi me mandaron al área COVID, en donde apenas estaban dando cursos, pero eran cursos como que tenías que verlos en línea o ver al compañero que ya había entrado, de cómo vestirse y así. Yo subí con Patricia y ella me ayudó a ponerme el traje, me estaba diciendo ‘oye preséntate, ya tienes que entrar’.”

La foto se la tomaron ellos mismos, colocaron el celular en la chapa de una puerta con el temporizador, salió como si alguien los hubiera posado. Fue su primera foto de novios, además de ser evidencia de cómo han enfrentado en equipo esta pandemia. De ahí nace su “covilove”, aunque muchos no lo entienden es porque el Covid les dio juntos, estuvieron toda la recuperación juntos, se aislaron juntos. Sobre esa situación, Josimar bromeó “pos vamos a morirnos juntos”, la sala se volvió a inundar de aquellas risas de complicidad entre la enfermera y el camillero.

Patricia y Josimar convivían, comían y cuidaban uno del otro durante su contagio. Intentaron separarse en la misma casa, pero no funcionó e hicieron su recuperación juntos. “Nos tenemos esa confianza, ese click desde siempre de poder decir sí eres tú, sí quiero estar contigo, en las buenas y las malas, hasta una jefa nos dijo afuera de urgencias ‘ustedes hasta en la salud y la enfermedad’.”

Nota: El retrato fue pintado por la muralista Janín Garcín, como una comisión encargada por la propia pareja

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