Aunque por décadas los jaloneos, golpes, reglazos, coscorrones y pellizcos han sido utilizados como método educativo o correctivo de los padres de familia hacia sus hijos, estos cuentan como maltrato infantil, indicó Pablo Loredo Oyervidez, titular de la Procuraduría para la Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (PPNA).

“Seguimos utilizando el maltrato corporal como una manera de disciplinar o corregir, lo cual implica mucho trabajo en las familias, pero no es la manera correcta de estar corrigiendo a un niño, niña o adolescente", señaló.

Tan solo en el 2018 se recibieron casi mil denuncias por maltrato infantil en San Luis Potosí, de las cuales se comprobó que 360 fueron hechos consumados. La Procuraduría recibe reportes por descuido y maltrato que deriva en violencia familiar.

Asimismo, las instituciones educativas fungen como enlace, por lo que al detectar cualquier tipo de maltrato en los menores hacen el reporte directo a la PPNA.

"Las escuelas nos reportan cuando un niño llega con alguna lesión, como moretones u otro tipo de lesiones derivadas de una sujeción o cuando los amarran con algún objeto, estamos haciendo equipos con la Secretaría de Educación del Gobierno del Estado y los padres de familia", manifestó Loredo Oyervidez.

El maltrato psicológico es una de las conductas que más daña a los menores y el delito es maltrato infantil que incluye violencia física, psicológica, sexual o restricción a su derecho a la educación, salud, esparcimiento, protección de sus datos personales y participar en la vida de la sociedad.

"El maltrato corporal tiene que ver con lesiones, por ejemplo, que te peguen con una vara, regla, un pellizco, la mano, el pie o que te sujeten, sin embargo, cuando hablamos de la violencia en general muchos de los niños y niñas recuerdan el maltrato psicológico en forma de gritos, chantaje y amenazas", detalló el titular de la dependencia.

Al ser considerado como un delito también existen penas aplicables a los padres, profesores o personas responsables de las menores, mismas que son determinadas por la autoridad legal respectiva.

"La violencia familiar es un delito, al Ministerio Público le corresponde catalogar la gravedad que exista, pero eso es cuando se denuncia la violencia familiar. El proceso es que los niños van al médico legista para su valoración y determinar las lesiones, posteriormente se agrega a la carpeta de investigación del Ministerio Público para iniciar el proceso legal correspondiente", manifestó.

La Procuraduría de Protección a Niñas, Niños y Adolescentes ofrece un espacio de trabajo a grupos de padres de familia en los que se brindan las herramientas  y conocimiento sobre cómo es la manera correcta de dirigir a sus hijos para ponerles limites sin trasgredir sus derechos ni basarse en la violencia.

maria.hernandez@clabsa.com.mx

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