Todavía prevalece cierto rechazo hacia el uso de psicofármacos, sobre los cuales, existen varios mitos, como el pensar que crean adicción o que se trata de medicamentos psiquiátricos que son solo para “locos”, pero la desaprobación social lleva a algunas personas a considerar humillante el hecho de tener que tomar psicofármacos como símbolo de debilidad o inmadurez, señaló el doctor José Ramón Arellano Cano, Director General del Instituto Temazcalli adscrito al DIF Estatal.
Aclaró que muchos de estos medicamentos tienen nulo potencial adictivo y por ello en México algunos se surten sin receta. “Los psicofármacos son medicamentos psiquiátricos que se administran al organismo por alguna vía determinada, generalmente oral. Su principal sitio de acción es el Sistema Nervioso Central, en especial el encéfalo o aquello que comúnmente llamamos cerebro”, apuntó el especialista.
Agregó que la principal intención al recetar psicofármacos es que estos actúen sobre las neuronas del cerebro, para generar los cambios celulares que ayuden a la resolución de síntomas como la ansiedad, la tristeza o el insomnio. Sin embargo, estos también se distribuyen por todo el cuerpo humano por lo que pueden tener algún efecto en otras áreas del organismo.
“Tal vez cueste aceptar que el cerebro, como cualquier órgano del cuerpo puede enfermar y requerir tratamiento. Retrasar o no realizar una consulta profesional por el temor al qué dirán, solo contribuye al agravamiento de los síntomas y al empeoramiento de la calidad de vida”, indicó Arellano Cano.
Invitó finalmente a investigar sobre aquellos miedos infundados en relación con el uso de psicofármacos en el proceso de rehabilitación y a mantener una buena relación terapéutica con el profesional que los prescribe.