El psicólogo, y director del Centro de Atención Juvenil Agustín Zarate señaló que poner nombres extranjeros a hijos en México demuestra falta de identidad cultural y puede provocar serios estragos emocionales en la vida de los niños, ante el bullying del que llegan a ser víctimas.

"Es una situación bastante curiosa y que ha venido sucediendo en las últimas dos décadas, que los padres de familia deciden poner nombres sui generis muy característicos a sus hijos".

Desde hace tiempo las oficinas del registro civil en San Luis Potosí, y las instaladas  al interior del estado prohibieron el uso de varios nombres de origen anglosajón, para registrar a los niños, debido al bullying que se genera en escuelas o en la convivencia social.

Entre los nombres prohibidos destacan:

•        Britany

•        Brayan o Bryan

•        Kevin

•        Jovanny

•        Edward

•        Johan

Sin embargo, hay otros que cada día van ganando popularidad y se podría convertir en los nuevos “Bryans” como: Iker, Ian, Mateo y Matías, entre otros.

Y es que el ex director de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) Agustín Zarate, aseguró que está situación se debe a dos factores: el primero la falta de cultura de los individuos y el segundo, la falta de identidad con el entorno en el que viven.

"Hoy en día el asignar un nombre que no pertenezca a nuestro idioma al español que es tan rico, tiene que ver con la cultura por un lado, porque generalmente estos nombres se da mucho en agrupaciones sociales de bajo conocimiento o de baja cultura, personas rurales de zonas indígenas de las ciudades más marginadas", explica.

El psicólogo destacó que actualmente utilizar ciertos nombres no familiarizados con la cultura mexicana si no adoptados de otra cultura o país, representa un problema de bullying cuando existe relación con la sociedad.

"En muchas ocasiones puede ser motivo de burla, de bullying, que se vuelve un karma para estas personas el hecho de que sus padres irresponsablemente lo hicieron, con la mejor de las intenciones, y no saben que la repercusión ha sido en los niños durante su proceso de desarrollo".

Finalmente el catedrático de psicología recomendó que en la actualidad deben seguir manteniéndose los nombres tomados del santoral y evitar adoptar nombres de otros países que podrían prestarse para generar burlas o acoso.

maria.hernandez@clabsa.com.mx

apl

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