El Pueblo Mágico de Santa María del Río en San Luis Potosí, además de ofrecer a México y al mundo una de las prendas artesanales más bellas como el rebozo, también destaca por su interesante gastronomía y desde 1935, fecha en que el señor Juan Hernández Salazar, decidió instalarse en este lugar para crear la Panadería La Perla, se creó la llamada campechana, una pieza muy similar a la hojaldre cuyo proceso es casi en su totalidad artesanal y de un delicioso sabor que hoy en día extiende su gusto por algunos estados aledaños a San Luis Potosí y fuera del país.
Hoy en día, el negocio familiar que ha pasado por cuatro generaciones, es atendido por el bisnieto de don Juan, el joven Daniel Hernández Padrón, quien comenta a El Universal San Luis, el proceso de elaboración de las Campechanas, así como el puerquito de piloncillo y el ojo de pancha.
Y así, explica que cuando su bisabuelo, comenzaba su jornada de trabajo en la panadería, les decía a sus empleados que hicieran las cosas bien y que efectuaran su tarea con calma, es decir, que “se la campechanearan”, dando así pie, al nombre de la tradicional pieza creada en Santa María del Río, cuyo proceso es es una receta muy básica pero muy precisa donde se forman capas que a diferencia de la hojaldra hecha con mantequilla, se le agrega grasa vegetal y con un paletillo de madera, se toma la masa para formar los rollitos manualmente; posteriormente se extienden los rollitos a los que se polvean con azúcar para iniciar su horneado a 180 grados, para terminar con el brillo característico con un soplete mientras la charola es girada por el panadero que las elabora, lo que hace que el azúcar se caramelice.
Foto: Archivo El Universal
Daniel señala que el Puerquito de Piloncillo, se elabora en varias parte del país, pero en Santa María del Río, se usa exclusivamente el piloncillo creado en la región de la Huasteca potosina, que le da ese color característico y junto a la masa, se deja fermentar de un día para otro para darle la forma con un molde, mientras que el Ojo de Pancha, es también una especie de hojaldra que es formado con tiras y se da la forma de un ojo al cual, al final, se le agrega en el centro cajeta Coronado y nuez, que también son productos exclusivos de la zona.
“Tengo conocimiento que en los años ochenta fue cuando tuvo su auge la panadería, porque fue de las primeras que hubo aquí y mi bisabuelo dio empleo a muchas personas que actualmente se dedican al rubro pandero, pero ya de manera independiente y ya después, mi papá y mi mamá, al estar al frente del negocio, ellos registraron la marca, agregaron el código de barras y le dieron identidad al producto ya con un empaque”, refiere Daniel.
Foto: Archivo El Universal
La panadería La Perla, distribuye actualmente sus productos en estados como Querétaro e Hidalgo y ya proyecta extenderse a la ciudad de Guadalajara para seguir dando a conocer el único sabor de las Campechanas.
“Actualmente llegamos a producir de tres mil cuatro mil piezas de Campechanas y ha llegado gente que viene de Estados Unidos principalmente paisanos que visitan a sus familiares y llevan mucho producto o se envía a través de paquetería ya que también hacemos envíos, y sabemos que nuestros productos han llegado hasta El vaticano”, señala.
El establecimiento también puede ser ubicada en redes sociales como panadería La Perla de Santa María, misma que ofrece sus Campechanas en tamaño grande a un precio bastante accesible de 50 pesos un domo con 20 piezas; el Ojo de Pancha 35 pesos con 5 piezas y los Puerquitos de Piloncillo a 25 pesos con 5 piezas.