Exorcismos en San Luis Potosí: la Iglesia católica revela quién está a cargo

El vocero del arzobispado de San Luis Potosí, Tomás Cruz Perales confirmó que en la Arquidiócesis potosina sigue vigente y operando el área que se dedica a llevar a cabo “exorcismos” los cuales se practican de manera regular por parte de la iglesia católica potosina, sin embargo dijo desconocer mayores detalles sobre esta práctica.

Cuestionado sobre el número de exorcismos llevados a cabo en la entidad, Cruz Perales admitió desconocer esta cantidad, pero reveló que efectivamente existe un área específica en la arquidiócesis potosina dedicada a ello y hay un sacerdote que fue designado por el arzobispo Jorge Alberto Cavazos Arizpe para encabezar esta labor.

Cruz Perales comentó “es una labor e incluso es una materia que se lleva por parte de los sacerdotes, en este caso hay un área específica y el arzobispo designó a un sacerdote para llevar estos casos, pero desconozco que número de exorcismos se han logrado, pero de que si hay este tipo de situaciones, es una realidad”.

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Asimismo dio a conocer que quizá el padre encargado de esta área pudiera dar a conocer mayor información, pero es difícil por el tipo de cuestiones que se manejan y que en muchas ocasiones se llevan a cabo en la privacidad de los hogares de algunas personas a petición precisamente de las familias en torno a alguna cuestión que lo amerita.

Indicó que sin duda es una práctica que continúa en la iglesia católica de San Luis Potosí, de ahí que el arzobispo designó a una persona encargada, en este caso el padre Fernando Ovalle quien puede ser localizado regularmente en la Catedral Metropolitana de San Luis Potosí en caso de que alguna persona o familia quiera consultar la posibilidad de que se pueda realizar algún exorcismo.

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Cabe destacar que un exorcismo, son un ritual establecido por la Iglesia Católica de Roma desde el siglo XVII con la intención de expulsar demonios de alguna vivienda, habitación o alguna persona que se considere están poseídas por espíritus malignos, por lo que requiere un protocolo específico y la autorización del obispo de cada diócesis.