En la lucha por trabajos dignos para la población trans potosina, la activista y bailarina Rubí Benítez señaló que, al pedir trabajo, la primera traba que les ponen es al ver que la apariencia y el nombre de la persona que está solicitando el trabajo no coincide.

“El que cambies tu apariencia, porque pues te llames Jorge, no Jorgina. Entonces si tu nombre es Jorge, (preguntan) por qué luces como una mujer o por qué estás operada si naciste como un hombre", comentó.

Asimismo, relató que ella ha experimentado esa discriminación en carne propia, ya que al solicitar empleo en una empresa le comentaron que primero tendrían que hablar con todo el personal "para ver si estaban de acuerdo con su presencia".


“Metí mi currículum y pasé todos los filtros. Al fin de todo el proceso, recuerdo mucho que me dice el de Recursos Humanos: 'bueno, ya nada más es cuestión de hablar con mis compañeros de toda la empresa para a ver si no tienen un problema o un conflicto con tu persona' y ahí fue en el momento en el que yo decidí retirarme", destacó Rubí

Al respecto, la activista mencionó que el aceptar a mujeres y hombres trans en esta sociedad ya es un deber, puesto que "todos somos seres humanos y vivimos en el mismo mundo".

“Hombres y mujeres trans estamos por todos lados. Pagamos impuestos, trabajamos y hacemos exactamente lo mismo que cualquier persona. Pero cuando dicen: 'es que tienen que aceptarnos' no, no tienen. Es un deber porque somos seres humanos y somos un conjunto en esto llamado vida, en esto llamado mundo", dijo.


La activista indicó que ya existe una iniciativa para que el 3% del campo laboral sea destinado a mujeres y hombres trans, por lo que están a la espera de que se apruebe y se dé marcha. La iniciativa buscaría que todas, todos y todes puedan tener un trabajo digno, donde se les respete y no se les discrimine.

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