En México, cada 4 de octubre se celebra la fiesta patronal de San Francisco de Asís. En este día los feligreses realizan diversas actividades para recordar la historia del santo que fue canonizado por el Papa Gregorio IX en 1228.
En la religión católica, se le considera como el patrono de los animales. Y, si bien cada pueblo tiene sus propias tradiciones y rituales para conmemorar la fecha, uno que cobra mayor fuerza es el “Cordonazo de San Francisco”.
Conforme a la creencia, hay dos versiones del origen de esta leyenda. La primera dice que cada 4 de octubre San Francisco sacude el cordón que lleva amarrado en la cintura para “quitarle el agua”.
Se dice que del cordón caen las últimas gotas de agua en la tierra, por lo que esta tradición se asocia con el fin de la temporada de lluvias. Esto es lo que se conoce como Cordonazo de San Francisco.
La segunda teoría apunta a que el santo es quien manipula las nubes para que caiga el agua en el planeta. Cuando llega el 4 de octubre les pega con el cordón, lo que provoca rayos y la última caída de agua.
Para quienes profesan la religión, resulta asombroso ver cómo durante el día de San Francisco de Asís se disipan los vientos, los días nublados, el frío y las lluvias. Aunque esto se trata de una coincidencia climatológica.
San Francisco de Asís es conocido como “El Padre Francisco” y fundador de la Orden Franciscana. Para la iglesia, es el patrono de los animales por lo que su fiesta también coincide con el Día Mundial de los Animales.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia, las obras de caridad del santo estuvieron encaminadas por el amor a la naturaleza y los animales.
Nació en Asís en Umbría, Italia. Pasó de ser el hijo de un acaudalado comerciante a vivir una vida austera y simple, convirtiéndose en un hombre dulce, paciente y generoso con los pobres, que con frecuencia visitaba los hospitales, servía a los enfermos y les besaba las úlceras a los leprosos.