En muchas culturas cristianas, la festividad de la Epifanía, celebrada el 6 de enero, marca el final oficial de la Navidad. Este día conmemora la visita de los Reyes Magos al niño Jesús, y es común que las familias retiren sus adornos navideños al concluir esta fecha, por ello, el 7 de enero se considera una fecha apropiada para desmontar el árbol.

Sin embargo, en México y otros países de tradición católica, algunas familias optan por mantener el árbol hasta el 2 de febrero, Día de la Candelaria.

Esta festividad celebra la presentación de Jesús en el templo y simboliza el cierre definitivo del ciclo navideño. Por lo tanto, desmontar el árbol en esta fecha también es una práctica común.

Más allá de las tradiciones religiosas, factores prácticos como el estado del árbol influyen en la decisión. En el caso de los árboles naturales, según expertos es recomendable retirarlos antes de que se sequen en exceso para evitar riesgos de incendio y facilitar su reciclaje.

Por otro lado, los árboles artificiales pueden permanecer más tiempo sin inconvenientes, permitiendo a las familias adaptarse según sus preferencias y horarios.

Supersticiones y creencias populares del árbol de Navidad

Algunas supersticiones sugieren que dejar las decoraciones navideñas más allá de ciertas fechas puede traer mala suerte. Por ejemplo, mantener el árbol después de la Noche de Reyes no es propicio, está creencia proviene de la idea de que al mantener las decoraciones más allá de ese día se interrumpe el ciclo natural del fin de año y el inicio del nuevo.

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