Por aconsejar a las personas el influencer Carlos Muñoz, quien hace unos días fue acusado de humillar a un mesero, llega a cobrar más de 80 mil pesos, también vende desde libros, playeras, hasta “lentes feos”, que de acuerdo a lo que describe, hace a las personas sentirse como verdaderos visionarios.
El conferencista es dueño de las compañías “4S Real Estate Foresight” y “Instituto 11″, con la primera da consultorías de proyectos inmobiliarios en América Latina, y con la segunda se dedica a promover iniciativas de emprendimiento.
En la página oficial de Muñoz se muestran una variedad de cursos, que pueden incluir sesiones grabadas, lecciones, libros y varían los precios dependiendo del paquete.
Por un programa educativo, al que llama “Certificado Real Estate Expert” y que describe es virtual, holístico y que perfecciona el know-how del negocio inmobiliario, cobra alrededor de 8 mil 595 pesos.
También tiene unos cursos que son gratuitos, pero si alguna persona desea tener una convivencia con el coach debe pagar una entrada VIP de 15 mil pesos.
Incluso ofrece maestrías, a las que llama “eternas”, en las que promete hacer crecer en redes sociales, atraer talento y expandir el negocio, si las personas pagan de 60 mil a 80 mil pesos, dependiendo si quieren un curso de manera digital o híbrido en donde también hay sesiones presenciales.
El merchandising no termina ahí, sino que también cuenta con su tienda de souvenirs en donde se encuentran diversos objetos que describe, son de utilidad para ser un buen emprendedor.
Muñoz es un empresario del sector inmobiliario nacido en Querétaro, quien hace unos días dio de qué hablar en redes sociales tras viralizarse un video en el que humilla a un mesero que se encontraba trabajando en el hotel en el que daba una conferencia.
"Ese wey que está ahí parado, que está trabajando hoy aquí, y agradezco mucho tu trabajo, está ahí y no está aquí sentado porque no tiene el hambre porque si el hubiera ahorrado los últimos tres meses hubiera tenido el día de hoy y se hubiera sentado aquí. No, él no tiene hambre, él está cómodo donde está y puedo regresar dentro de 20 años y puede estar en el mismo puesto él”, expresó.
Esta forma despectiva de referirse al trabajador desató todo tipo de reacciones y memes hacia el influencer, quien después de lo sucedido trato de pedir disculpas argumentando que su “estilo de comunicación siempre se ha caracterizado por ser fuerte”.