La muerte de Mario Moreno “Cantinflas” hace 29 años marcó un antes y un después en la comedia mexicana, el actor, nacido el 12 de agosto de 1911 en la ciudad de México fue el cuarto hijo de una familia numerosa de condición modesta que, por cuestiones económicas, tuvo que emigrar a Xalapa, donde el futuro gran actor inició sus primeras incursiones en los escenarios.
Por su simpatía y particular forma de hablar, Mario Moreno comenzó a destacar en el teatro de carpas, donde ocurrió algo que le marcaría la vida; según él mismo confesó que su modo de hablar cuando actuaba fue producto de su nerviosismo, confesó que cuando se enfrentó por primera vez con el público sus nervios lo traicionaron y se le olvidó lo que tenía que decir, por lo que tuvo que improvisar.
Sin embargo, no logró decir nada coherente; a pesar de que estaba nervioso se dio cuenta que el público se reía de sus desatinos.
La Real Academia Española sumó a su diccionario la palabra “cantinflear”, es decir: hablar o actuar de forma disparatada e incongruente y sin decir nada con sustancia. En sus más de 50 películas, la mayoría ellas en formato blanco y negro, “cantinfleaba”, y con ello le sacaba sonrisas al público.
La muerte, que no lo tomó por sorpresa, llegó de la mano del cáncer de pulmón el 20 de abril de 1993, sus millones de seguidores se volcaron tristes a las calles de la capital para despedirlo como él lo merecía y hacer suyas frases como: “No hay derecho”,“No que no, chato”, “Ahí está el detalle”, entre muchas más.