Primero, aclaremos que Potosí es una ciudad que se encuentra al noroeste de Bolivia, en la cual se situó la mina de plata más grande del mundo de mediados del siglo XVI al XVII.
En 1987, el lugar fue declarado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) como Patrimonio Cultural de la Humanidad, por su relevancia en la historia universal y su características arquitectónicas y artísticas.
Entre los siglos ya mencionados los españoles explotaron a indígenas, de lo que ahora es Bolivia, a causa de la falta de minerales, sometiéndolos a jornadas laborales extremadamente agotadoras y a espacios estrechos en esta mina.
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La mina, que fue descubierta en 1545, formaba parte del virreinato del Alto Perú y fue uno los lugares trágicos de la humanidad, dado que miles de indígenas murieron por los constantes peligros de los derrumbes, enfermedades y condiciones precarias a las que era obligados a trabajar.
El Cerro de San Pedro en México y su relación con el Cerro Rico de Potosí en Bolivia
El municipio de Cerro de San Pedro se encuentra ubicado a tan solo 22 kilómetros del municipio de San Luis Potosí en México, este lugar fue uno de los primeros asentamientos de las familias mineras.
El lugar se llama así por el español Pedro de Anda, que lo nombró San Pedro de Potosí, uniéndose así su nombre de Pedro y Potosí por la similitud de la riqueza minera del Cerro Rico de Potosí en Bolivia.
Por ello la palabra Potosí en San Luis retoma un significado valioso que trae consigo un contexto histórico político y económico.
Asimismo, el nombre de la ciudad de San Luis Potosí fue conformado por San Luis en referencia a Luis Rey de Francia y Potosí por el Cerro el Potosí en Bolivia. Interesante, ¿no?
Las minas de ambos países se caracterizaron por su riqueza y por la historia parecidas de forma de vida de las familias mineras, dejando así el término potosinos para los habitantes de dichos lugares.