Ante el creciente impacto de la variante ómicron, que es más contagiosa que las anteriores del coronavirus, incluyendo delta, expertos recomiendan usar cubrebocas que brinden mayor protección, y evitar los de tela.
“Los cubrebocas de tela son poco más que decoraciones faciales. No hay lugar para ellos con ómicron”, dijo la doctora Leana Wen, analista médica de la cadena CNN y profesora visitante de políticas de salud en la Escuela de Salud Pública del Instituto Milken de la Universidad George Washington.
“Eso es lo que los científicos y funcionaros de salud pública han estado diciendo por meses, muchos meses, de hecho”, añadió en declaraciones a CNN.
“Necesitamos usar un cubrebocas de al menos tres capas”, que suelen venderse en farmacias y en las tiendas. “Puedes usar sobre ese cubrebocas uno de tela, pero no sólo el de tela”, señaló.
Trish Greenhalgh, profesora británica en la Universidad de Oxford, coincidió en que la mayoría de los cubrebocas de tela no son funcionales cón ómicron. En cambio, los de doble capa, o los tricapa, señaló a Bloomberg, pueden ser más efectivos.
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El Centro Nacional para la Información Biotecnológica de Estados Unidos señala que los cubrebocas N95 están diseñados para atrapar más de 95% de los aerosoles, mientras que los de tela sólo atrapan alrededor de 50%. Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) señalan que “la efectividad de la filtración en los cubrebocas de tela es generalmente menor que con los cubrebocas médicos o respiradores, pero pueden proveer cierta protección si están diseñados y son usados correctamente”.
En su guía más reciente, los CDC aún recomendaron evitar los N95 y pidió optar por cubrebocas con dos capas o más de tela lavable y que permita respirar. Pero a decir de Wen, eso es un “gran error”.
“Si vamos a ir tan lejos como para decir que se requiere usar cubrebocas, cuando venimos de una cultura que no está acostumbrada a y no le gusta el uso de los mismos, por lo menos hay que recomendar que usen el cubrebocas más eficaz”, indicó.
Incluso, subrayó, en lugares con mucha gente “se debería usar cubrebocas KN95 o N95”. Al ajustar mejor y tener materiales como fibra de polipropileno, actuando como barreras mecánicas y electrostáticas, estos cubrebocas evitan mejor que otros que las partículas pequeñas entren a la nariz o la boca.
Erin Bromage, profesor asociado de biología en la Universidad de Massachusetts Dartmouth, explicó a CNN que “el principal conductor de la infección de coronavirus es el aire compartido”. En ese sentido, si bien los cubrebocas de tela pueden filtrar gotas grandes, cubrebocas más eficaces, como los N95, pueden filtrar tanto gotas grandes como aerosoles pequeños o partículas potencialmente cargadas con virus si hay personas contagiadas presentes.
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Por qué la variante ómicron ha logrado infectar a tantas personas es algo que aún falta investigar más, añadió, pero evidencia el papel que puede jugar la calidad del cubrebocas.
“Ya sea que se necesite menos virus -para contagiarse-, o que una persona infectada esté expulsando más virus, el papel del cubrebocas es reducir la cantidad que estás respirando, y darte más tiempo. Si necesitas, por decir, mil partículas virales para infectarte, y usas un cubrebocas que reduce 50% el virus que respiras, entonces tomará el doble que respires esas mil partículas. Si usas uno que es 90% efectivo, tomará por lo menos 10 veces más infectarte al estar cerca de alguien infectado”.
La Clínica Mayo, un hospital muy reconocido con sede en Rochester, Minnesota, a partir del 29 de diciembre pasado pide a las personas que no usen cubrebocas de tela en sus instalaciones, y a pacientes y visitantes que no cuentan con uno, les proporciona cubrebocas quirúrgicos al entrar. “Los cubrebocas de una capa, o las bandanas, que se usan con frecuencia, no brindan una protección óptima”.
José Molina Mora, de la Facultad de Microbiología de la Universidad de Costa Rica (UCR), también condiseró que los cubrebocas más efectivos son los quirúrgicos y los respiradores KN95. En declaraciones al periódico La Nación, de Costa Rica, dijo que “efectivamente, hay unas [mascarillas] que serían más adecuadas porque tienen poros más pequeños, con más capacidad para filtrar [o bloquear el paso de] las partículas virales. En algunos países, se ha promovido más el uso de las KN95 sobre las de tela, ante un escenario de más contagios porque existe una mayor posibilidad de que el virus llegue a las personas al aumentar la exposición”.
Y añadió: “Pensemos en un colador: el que tiene los poros más grandes va a permitir el paso de moléculas más grandes. Es lo mismo con las mascarillas de tela. El tamaño de sus huecos, o poros, es mayor al de una mascarilla especializada, como la KN95, o quirúrgica”, agregó Molina.
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Sin embargo, todos los expertos advierten que ningún cubrebocas, ni el más efectivo, servirá si no se utiliza de forma adecuada.
* El cubrebocas debe cubrir completamente nariz, boca y mentón. No debe quedar nada expuesto porque por los orificios nasales, por ejemplo, pueden ingresar o salir partículas contaminadas.
* El cubrebocas no debe ‘nadar’ en la cara. Debe quedar bien ajustado para que selle cualquier posible entrada del virus. En ese sentido, usar uno de tela encima de un tricapa, un KN95 o un N95, ayudaría a que selle mejor.
* En caso de tener que quitarse el cubrebocas, por ejemplo para comer, hay que guardarlo bien. Se recomienda tener una bolsa, y no dejarlo expuesto sobre mesas o superficies.
* Entre las prácticas inadecuadas de uso están bajar el cubrebocas al cuello, dejarlo colgando de una oreja o tapar solo la boca.