Sin lugar a duda, una de las actividades más esperadas en Navidad es la decoración de los hogares. Una de estas tradiciones consiste en la colocación de la Corona de Adviento, a menudo acompañada por oraciones de la liturgia.
La Corona de Adviento se utilizó por primera vez en 1839 y tiene su origen en la tradición europea. Consiste en prender velas de distintos colores durante los 4 domingos previos a la celebración.
La palabra “adviento” deriva del latín adventus que quiere decir “llegada”, en específico, del nacimiento del niño Jesús. Se compone por distintos elementos y cada uno posee un significado.
La Corona de Adviento tiene por base un círculo que representa la infinita fe de los creyentes y el amor por el prójimo. Sobre la periferia la adornan ramas verdes en alusión a la esperanza y la vida.
Algunas decoraciones que destacan son pequeñas esferas rojas que representan el fruto del Edén. Y hay quienes le suele agregar piñas de pino, flores de nochebuena secas y listones en color rojo.
En esta temporada, la Corona de Adviento es una invitación a reflexionar sobre las enseñanzas de Dios. Es por ello que parte de la tradición consiste en hacer una oración o plegaria reunidos en familia.
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El elemento más importante de la Corona de Adviento son las 4 velas conforme a los colores de la liturgia. Estas se encienden cada domingo de adviento como símbolo de agradecimiento por la llegada de Dios.
El orden de encendido y los colores de las velas de la Corona de Adviento son los siguientes: