Año tras año, el cempasúchil adorna las ofrendas de Día de Muertos. Si bien es originaria de México, esta flor también se importa desde otros países -como China- para su venta, aunque hay algunos detalles que permiten diferenciarlas.
Su nombre proviene del náhuatl Cempohualxochitl que significa “veinte flores” o “varias flores”. Y para los mexicas simbolizaba la vida y la muerte, además asimilaban su color amarillo con el sol.
Por lo anterior, es común encontrarla en altares alusivos a la festividad. De acuerdo con la tradición, la flor es una guía para las almas que salen del inframundo a visitar a sus seres queridos durante el 1 y 2 de noviembre.
En México hay 35 especies de cempasúchil. Guanajuato, Hidalgo, Michoacán y el Estado de México son las entidades con las mejores condiciones de suelo y clima para la producción de dicha flor, explica el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera.
Entre los usos que tiene el cempasúchil se encuentran: darle color a textiles, elaborar insecticidas y para la elaboración de medicamentos naturistas. Antiguamente, se preparaba en infusiones y tés para combatir malestares como vómito, indigestión y diarrea.
A simple vista, la flor de cempasúchil mexicana se identifica mediante las siguientes características:
Mientras que el cempasúchil de China se distingue por: