La llegada del Año Nuevo trae consigo diversas tradiciones y en México, una de las más arraigadas es la de consumir 12 uvas al compás de las campanadas, simbolizando deseos para los próximos meses.

Sin embargo, este año, los potosinos enfrentan un incremento significativo en el precio de esta fruta, atribuido a la alta demanda estacional y factores económicos.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la uva ha experimentado una inflación del 36 por ciento en comparación con el año anterior. En mercados locales de San Luis Potosí, el kilo de uva verde sin semilla se comercializa hasta en 200 pesos, mientras que la uva roja alcanza los 150 pesos por kilogramo.

Estos precios representan un aumento considerable respecto a los 90 a 120 pesos registrados en diciembre de 2023. Este encarecimiento se debe, en parte, a la tradición de consumir uvas en Año Nuevo, lo que incrementa la demanda y consecuentemente, los precios.

Foto: Jazmín Ramírez García
Foto: Jazmín Ramírez García

Además, factores como las condiciones climáticas adversas y los costos de producción han influido en la disponibilidad y el costo de la fruta. Ante esta situación, los consumidores buscan alternativas para mantener viva la tradición sin afectar su economía.

Algunos optan por adquirir uvas enlatadas o en conserva, que suelen tener precios más accesibles. Los comerciantes, por su parte, enfrentan el desafío de equilibrar la oferta y la demanda.

María López, vendedora en el Mercado San Luis 400 comentó, "Cada año, para estas fechas, las uvas suben de precio. Tratamos de ofrecerlas a un costo razonable, pero también debemos cubrir nuestros gastos y este año ha sido especialmente difícil por la inflación y la escasez de producto".

Cabe destacar que la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) ha señalado que la producción nacional de uva se ha visto afectada por fenómenos climáticos, lo que ha reducido la cosecha y elevado los precios. Sin embargo, se espera que, con la implementación de nuevas tecnologías y prácticas agrícolas, la producción se estabilice en los próximos años, permitiendo una oferta más constante y precios más accesibles para los consumidores.


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