La Toreada de Diablos es una danza tradicional considerada como sangrienta, ensordecedora y competitiva, la máxima fiesta de Tanlajás que se celebra con orgullo durante la Semana Santa, en donde se conjuntan elementos de los pueblos originarios de la Huasteca potosina y las creencias religiosas por la muerte de Cristo.

Desde el miércoles previo a los días Santos, año con año niños, niñas, hombres y mujeres salen a las calles de Tanlajás, municipio ubicado en la región Huasteca de San Luis Potosí a torear o ser toreados por los diablos, celebración que concluye con la tradicional quema del mal humor o judas y el domingo de resurrección.

Toreada de los Diablos, danza representativa de Tanlajás, SLP
Toreada de los Diablos, danza representativa de Tanlajás, SLP

Durante cinco días los diablos, hombres vestidos con camisas gruesas, pantalones, chaparreras, un chirrión o látigo de cuero crudo, máscara de diablo o calavera tallada a mano en madera de pemuche y pintada de forma tradicional, se apoderan de las calles para ensordecer las calles al tronar sus chirriones contra los toreadores.

Los toreadores que deciden participar activamente en la danza, se defienden de los latigazos de los diablos solo con un palo de 50 centímetros, en representación de la dualidad del bien y el mal.


Los diablos tienen que ser muy buenos con el chirrión para no herir de gravedad a los participantes, y sólo tienen permitido tronar el látigo de la cintura para abajo de los toreadores, pues con la fuerza del golpe suele abrirse la piel de quienes reciben el impacto y en otras zonas del cuerpo pudiera desencadenar consecuencias graves a la salud.

El orgullo de Tanlajás

“Si no te pones la máscara y eres de Tanlajás, es como si no fueras”, refiere Boralio Pozos Lárraga, participante de esta tradicional danza desde hace más de 20 años. Para él como para su familia y quienes nacieron en Tanlajás, la Toreada de Diablos corre por sus venas, pues es la forma de conmemorar sus raíces culturales.

En entrevista compartió que desde muy chico aprendió a torear y posteriormente a hacer tronar el chirrión por herencia familiar, ahora año con año participa activamente como diablo o como torero, según vaya decidiendo cada Semana Santa.

Toreada de los Diablos, danza representativa de Tanlajás, SLP
Toreada de los Diablos, danza representativa de Tanlajás, SLP

Explicó que en el caso particular de los diablos deben sí o sí utilizar cuatro playeras debajo de la camisa con la que salen a danzar, además de las chaparreras, pues dentro de la toreada, los toreadores pueden lastimarlos con los palos mientras se defienden.

Para cuidar que las tradiciones se realicen sin mayores daños previo a los festejos de Semana Santa en el municipio se nombra a un diablo mayor, quien sólo porta su máscara de madera y el traje tradicional, pero no utiliza su látigo, este diablo tiene la encomienda de vigilar que los diablos que salen a las calles hagan tronar el chirrión correctamente y que sólo hagan la maldad con los participantes activos, pues se prohíbe molestar a las espectadores que están en gradas o zonas alejadas de la zona de danza.


Por ejemplo, “en una cancha de fútbol llena de unos 20 toreadores, como te puede pegar el diablo con el que andas, como te puede pegar un diablo que anda a lado tuyo”, comentó Boralio Pozos, quien además destacó que los latigazos duelen y sacan sangre.

Los niños también participan

Desde hace poco más de 10 años, se tomó la decisión de que las niñas y los niños de Tanlajás también participen de forma activa en la muestra cultural de Semana Santa, con el objetivo de que ellos preserven en un futuro estas tradiciones y la difundan con orgullo en otras partes del estado, el país y el mundo.

Toreada de los Diablos, danza representativa de Tanlajás, SLP
Toreada de los Diablos, danza representativa de Tanlajás, SLP

Por lo que una vez que concluyen los festejos de la Toreada de Diablos y la Semana Santa, durante Semana de Pascua se les destinan tres días para que las infancias se apoderen de las calles como diablitos y toreadores pequeños, aunque solo los niños y niñas con mayor experiencia con el chirrión pueden ser diablos para no lastimas a nadie más.


“Los menores queman su monito, hacen su testamento que son versos chuscos para personajes mismos del municipio”, agregó Boralio Pozos.

La Toreada de Diablos de Tanlajás es una tradición cultural que se disfruta con música de fondo, pero no es un elemento principal, pues el constante latigueo del cuero crudo hace que el campo de batalla entre diablos y toreadores se torne silencioso.

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