La revista National Geographic le dedicó toda su edición de abril al tema de las ciudades, y el artículo principal es un esfuerzo conjunto entre National Geographic y la prestigiosa firma de arquitectos Skidmore, Owings and Merrill (SOM) con el fin de crear una representación detallada de cómo serán las ciudades del futuro.

Según el artículo, las ciudades se dividirán en núcleos urbanos, los cuales están separados unos de otros por zonas ecológicas protegidas, parques naturales y zonas agrícolas. De esta forma, las personas vivirán en zonas rodeadas de naturaleza y cerca de la producción de alimentos, ya que gracias a los avances de la bioagronomía no se requieren de condiciones especiales para producir cualquier tipo de cultivo.

Estos núcleos urbanos se alejarán de las costas y de zonas propensas a inundaciones. Además, los centros urbanos son como una esponja, ya que toda la infraestructura permite que el agua de lluvia se filtre y que los mantos freáticos se recarguen. Este concepto, por ejemplo, ya se está diseñando en Shanghai. Los núcleos se dividirán en barrios, centros con muy alta densidad poblacional y gran autonomía. Cada barrio generará por su cuenta la mayoría de los servicios que requieren los ciudadanos para su desarrollo como lo son energía, alimentos, agua, servicios deportivos, educativos, laborales, de transporte, centros de cultura, entre otros.

Dentro de cada barrio, todos los servicios necesarios estarán a 10 minutos de recorrido a pie o en bicicleta, por lo que se privilegiará la movilidad peatonal y tendrían pocas vías para los automóviles. Por ejemplo, actualmente, el 40% de los ciudadanos que trabajan en Copenhague, la capital de Dinamarca, se trasladan en bicicleta.

Otro ejemplo es, Pontevedra, una ciudad española pensada para peatones. En 1999 prohibieron los carros en los 300 kilómetros cuadrados del centro medieval de la ciudad y lo adecuaron para los peatones. Gracias a esta medida, The Guardian señala que se redujo el crimen, las emisiones de dióxido de carbono y se incrementó significativamente el interés por vivir en el centro. Además, todos los recursos financieros para la reconversión de la ciudad provinieron de la misma Pontevedra, y no recibieron ayuda del gobierno regional o central.

Los servicios más especializados (estadios, aeropuertos, autódromos, foros culturales para eventos masivos, etc.) estarán fuera del barrio y hasta del núcleo urbano, pero son accesibles por trenes de alta velocidad y autobuses que conectan toda la región urbana. El sistema de transporte facilitará llevar alimentos de las zonas agrícolas a los barrios. Sin embargo, en los mismos barrios se producirá bastante alimento para el autoconsumo gracias a técnicas como la agricultura vertical o subterránea.

Estas tecnologías ya están probando su eficacia, por ejemplo, la empresa Growing Underground ha convertido dos refugios antiaéreos de Londres en una granja subterránea. En Nueva Jersey, AeroFarms tiene una granja vertical donde ha cosechado col rizada, berros, hojas de mostaza y otras variedades de verduras. Plantagon construye en Suecia el World Food Building, un rascacielos con invernadero vertical.

Por su parte, la recolección de los desechos será automatizada y se generará mucho menos basura, ya que la mayoría de los desechos serán reciclables, por lo que no habrá necesidad de enterrarla bajo la tierra o acumularla en terrenos peligrosos.

De acuerdo a SOM y National Geographic, los edificios serán de todos tamaños, no sólo rascacielos, así la luz y el viento se distribuirán de forma que hagan más eficiente el aprovechamiento de la luz solar y aumenten el bienestar.

Además, la infraestructura urbana será flexible para adaptarse a la innovación económica y social. Los espacios privados serán más pequeños porque aumentará la disponibilidad de espacios compartidos que aumentan la interacción social, el intercambio de ideas, el sentido de pertenencia y la equidad social.

Las ciudades del futuro se están construyendo hoy, y lo están haciendo con modelos de planeación de largo plazo en el que las necesidades de la gente están en el centro del desarrollo urbano, mientras que la naturaleza se insertará en su diseño. Sólo así podremos vivir económica, ecológica y socialmente sustentable.

Es un panorama interesante hacia el futuro, ideas que debemos tomar en cuenta en la planeación de nuestro crecimiento urbano mientras atendemos con prioridad los problemas que enfrenta el México del presente.


Exsecretario de Turismo

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