Hace algunos meses cuando arrancaron las campañas electorales analizamos los discursos de los candidatos y candidatas a la presidencia municipal de San Luis Potosí. Xavier Nava Palacios, actual presidente municipal de la capital potosina, no resultó muy bien evaluado. Ahora, ya como alcalde, si bien mejoró, aún le falta pasión.

A continuación realizo un análisis de su discurso de toma de protesta desde la perspectiva de la imagen pública:

1- Antes de iniciar su discurso, Xavier Nava tenía a la audiencia de su lado. Se escuchaban gritos, aplausos, frases de “sí se pudo”, sin embargo, sus primeras palabras fueron suficientes para desanimar al auditorio. En lugar de apostar por una frase poderosa, simplemente dijo: “muy buenas noches tengan todos y todas ustedes”. En ese momento todos guardaron silencio y entendieron que se trataba de un discurso más.

2- El alcalde electo apostó por una entonación que recuerda a los políticos priistas. Apostó por ese “sonsonete” de los priistas de la vieja guardia, que evoca corrupción y malos manejos solo al escucharlo. Xavier Nava dice representar un “nuevo proyecto colectivo de transformación”, pero su paralenguaje dice otra cosa. Sus asesores deberían tomarlo en cuenta, si quiere proyectar realmente una imagen de cambio y de recuperación de ideales perdidos.

3- Cuando se pronuncia un discurso se debe evitar perder tiempo en agradecimientos y presentación de personas. Xavier Nava perdió valiosos minutos en agradecer a grupos sociales, al PAN, al Movimiento Ciudadano y a su familia. La audiencia está esperando “contenido”, “fuerza discursiva”, no agradecimientos. Esto se notó en el momento que nombró a su abuelo Salvador Nava. Hasta entonces el discurso mereció el aplauso ciudadano.

4- Xavier Nava cometió un grave error al nombrar a Salvador Nava y a Conchita Calvillo, sin decir abiertamente que son sus abuelos. Después de nombrarlos a ambos dijo: agradezco a mi familia, como si los primeros no fueran parte de su familia. Los nombró con emoción, pero les salió a deber el nombramiento filial. Miles de potosinos votaron por él, por ser el nieto de Salvador Nava, por ser miembro de una familia que luchó por la libertad y la democracia y no fue capaz de recordarlo en su toma de protesta.

5- Optó por utilizar un tono de voz medio, propio de las conversaciones personales, de los diálogos sin importancia. Éste era su discurso de toma de protesta, pero parecía un político cualquiera leyendo un par de hojas sueltas. Después de escucharlo unos minutos era fácil distraerse, porque el contenido no atrapaba al 100% y el tono dormía. Solo en 3 o 4 ocasiones elevó el tono de voz.

6- Nunca utilizó sus manos para hacer ademanes, solo en una ocasión lo noté levantar un dedo. Ni siquiera al final de su discurso, cuando dijo: “yo protesto”, levantó la mano. Los ademanes aportan fuerza expresiva a un discurso, pero él prefirió recargar sus manos en el atril, para sentirse más confiado.

En conclusión. Si Xavier Nava quiere convertirse en un líder transformador, siguiendo a al teórico Martín Salgado, no es suficiente con haber ganado las elecciones debe “tener visión, ideas propias, saber inspirar a los demás y persuadir al electorado. Un líder transformador apela tanto al intelecto como a las emociones de su auditorio, con temas sencillos y memorables como "cambio", pero también con ideas de fondo que explican a qué responden esos temas”.

Xavier Nava llevaba un buen discurso para su toma de protesta, pero su paralenguaje no comunicaba poder, no parecía el líder creíble y atractivo que demanda el actual sistema comunicativo.

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