Cifras otorgadas por la investigadora Norma Blázquez Graf, del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de la UNAM, dictan que la matrícula universitaria se divide de manera equitativa entre los géneros de mujer y hombre, al corresponder a cada uno el 50%, no obstante, la participación femenina en en el área físico matemático e ingeniería aún es escasa.

En Medicina la prevalencia de estudiantes mujeres alcanza más del 60%, mientras que en Ingeniería tan sólo hay el 19% dentro del registro.

En el ámbito laboral dichas proporciones decrecen con una presencia estimada entre el 15 al 20%, donde aún impera la brecha salarial: “A pesar de tener la misma formación y experiencia, las mujeres ganan menos porque el conocimiento y el campo laboral siguen siendo territorio masculino”, aseguró Blázquez Graf.

El 15 de diciembre de 2015, la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) proclamó el 11 de febrero como el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, “esta conmemoración enfatiza la importancia de que las mujeres nos incorporemos a las ciencias y logremos igualdad de oportunidades en la adquisición de conocimiento”, explicó la académica de la UNAM.

Estadísticas de la ONU arrojan que la presencia de estudiantes femeninas es de un 3% en tecnologías de la información y las comunicaciones; un 5% ciencias naturales, matemáticas y estadísticas, y un 8% en ingeniería, manufactura y construcción, lo que significa una cifra particularmente baja.

La maestra en ciencias, Blázquez Graf, detalló la existencia de investigaciones donde se demuestra que antes de los nueve años tanto las niñas como los varones tienen el mismo interés en el área de físico matemático e ingeniería, dicha inclinación disminuye durante los próximos años de desarrollo, en gran parte por la imposición de roles culturales: “Desde pequeñas nos enseñan que no somos capaces para ciertas disciplinas, y socialmente se intenta que no nos gusten”, refirió.

“Cuando hay mujeres se exploran temas con miradas distintas; el conocimiento se enriquece con la inclusión”, recalcó la investigadora del CEIICH, al considerar la participación femenina en la ciencia no sólo una cuestión de justicia social, sino también la intensificación de conocimiento en el territorio de la investigación.

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