Más Información
Científicos del Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBEROBN) han participado en la identificación de ocho marcadores genéticos de la anorexia nerviosa en casi 17 mil casos. El análisis, el mayor informe sobre asociación de genoma realizado sobre esta enfermedad hasta el momento, acaba de publicarse en la revista Nature Genetics.
Los expertos realizaron un análisis preciso de la arquitectura genética del trastorno y encontraron que esta patología tiene correlaciones con ciertos trastornos psiquiátricos, como el trastorno obsesivo compulsivo y el trastorno depresivo mayor, así como con la actividad física, obesidad y otros rasgos metabólicos.
Fernando Fernández-Aranda y Susana Jiménez-Murcia, del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL) y del grupo de Trastornos de la Conducta Alimentaria del Hospital Universitario Bellvitge (HUB), forman parte de esta iniciativa internacional en la que colaboran más de 180 especialistas de más de 154 centros e instituciones de todo el mundo.
La anorexia nerviosa es una enfermedad compleja y grave con una tasa de mortalidad más alta que otros trastornos psiquiátricos. Es uno de los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) más comunes. Afectan a alrededor de 400 mil personas en España, de los que 300 mil son chicas y chicos de entre 12 y 24 años, siendo la tercera causa de enfermedad crónica en la adolescencia.
Los TCA cohabitan con obesidad/sobrepeso (casos en los que la obesidad infantil es una condición previa o consecuente al trastorno alimentario) en más del 35-40 % de los casos. La presencia de ambas condiciones complica y dificulta el pronóstico y resultado del tratamiento.
Anorexia nerviosa y bulimia son los TCA más frecuentes en la adolescencia, mientras que la prevalencia de los trastornos por atracón es superior en la edad adulta y similar en ambos sexos. Uno de cada cuatro afectados muestra resistencia al tratamiento y evoluciona hacia la cronicidad, mientras que más de un 60 % tiene tendencia a la recaída.
Los afectados por TCA presentan asociadas otras patologías psiquiátricas, como por ejemplo, depresión, ansiedad o trastornos de personalidad. Es la enfermedad mental con más mortalidad por las complicaciones físicas que provoca y por suicidio.
El 70 % de los adolescentes no se siente a gusto con su cuerpo y seis de cada diez chicas creen que serían más felices si estuvieran más delgadas. Por ello, los expertos creen que el tratamiento y la prevención tienen que tener como objetivo, además del restablecimiento físico, el desarrollo de la autoestima, la gestión de emociones y la creación de una escala de valores lejos de los estereotipos.
Los investigadores, entre los que también hay científicos de la Universidad de Barcelona, analizaron los genomas de 16 mil 992 pacientes con anorexia nerviosa y 55.525 del grupo control a partir de los datos recopilados por la Iniciativa de Genética de la Anorexia Nerviosa y el Grupo de Trabajo de Trastornos de la Alimentación del Consorcio de Psiquiatría Genética.
De esta forma, apunta Fernández-Aranda, “podría explicarse la desregulación metabólica en pacientes con anorexia nerviosa incluso después de una restauración terapéutica, así como la interrelación existente entre situaciones extremas de peso”.
Los autores concluyen que estos hallazgos proporcionan una evidencia adicional de que la anorexia nerviosa es una enfermedad poliédrica, en la que interaccionan variables asociadas al trastorno mental de base y factores metabólicos implicados. “A partir de ahora, será necesaria la reconceptualización de la patología como un trastorno metabólicopsiquiátrico”, sostienen.
La conceptualización de la anorexia nerviosa y el análisis de situaciones extremas de peso podrán ofrecer claves para un mejor entendimiento neurobiológico de estos trastornos y aumentar así la eficacia de los tratamientos actuales.