Los niños que viven situaciones de estrés, traumáticas o en conflictos sociales generalmente suelen tener problemas con su crecimiento, indicó este jueves un especialista.

"Las alteraciones psicosociales como el estado emocional, la ansiedad y la depresión inciden en que un niño no alcance su desarrollo de crecimiento como el resto de los pequeños", dijo el doctor mexicano José Antonio Orozco, endocrinólogo pediatra.

El experto detalló que después de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) se estudió a grupos de niños que estuvieron en orfanatos y detectaron que en estos niños el crecimiento se detuvo.

Orozco señaló que cuando los niños tienen un cambio emocional o social -como la migración, por ejemplo- y no expresan su depresión o ansiedad pueden detener su crecimiento debido a que se daña su salud emocional y se transforman sus hábitos alimenticios.

El doctor en Ciencias Médicas y Coordinador de los Cursos de Pregrado de Alta Especialidad Médica del Hospital Infantil, Federico Gómez, aseguró que en el crecimiento se involucran muchos factores.

Estos factores se engloban en determinantes, realizadores, permisivos y reguladores. En los determinantes, se considera la genética, la cual determina el 90 % de la estatura a la que llegará el niño. En los permisivos se encuentran los nutricionales, la sana alimentación, factores ambientales, estilos de vida y psicosociales.

Mientras que los reguladores se refieren a las cuestiones hormonales en los que se involucra la hormona del crecimiento y hormonas como las tiroideas y la insulina.

Finalmente, los factores realizadores están relacionados a los cartílagos y los huesos. "Todo esto condiciona el crecimiento y podemos ver que no solo están involucradas las hormonas o la genética, sino otros factores", aseguró el especialista.

De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el crecimiento normal de un niño es un indicador indirecto de la salud del niño y adolescente.

Para saber si un niño crece adecuadamente, en menores de dos años se toma en cuenta una tabla de la OMS, en la cual se crearon carriles de crecimiento llamados percentiles que van del 1 al 100.

Si un niño tiene un percentil mayor a 3 y menor a 99 se dice que su desarrollo de crecimiento es normal. En el caso de los niños mayores y adolescentes, aunque el crecimiento es relativo, se debe estar alerta si el pequeño no crece, en promedio, seis centímetros al año entre los 4 y los 11 años de edad.

De acuerdo con la OMS, México está entre los 10 países de América Latina con los hombres y mujeres más bajos de la región, siendo Guatemala la nación con la población más pequeña.

A nivel regional, se estima que el 12 % de los niños de entre 4 y 11 años se ven afectados por el problema de talla baja.

Sin embargo, la talla baja suele conllevar también afectaciones psicológicas en los pacientes quienes son víctimas de 'bullying' (acoso) en sus escuelas y grupos sociales.

De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México es uno de los países con mayores índices de acoso en niños de edad escolar.

Es por ello que Orozco destacó la importancia de contar con un diagnóstico oportuno. El experto dijo que antes de sospechar que un niño tiene fallas en su crecimiento, los padres deben hacerse preguntas como si están conformes con el crecimiento del pequeño o si cambia constantemente de talla de ropa y zapatos.

En caso de que vean que los pequeños no están creciendo deben acudir al pediatra quien hará la evaluación y en caso de requerirlo, empezar el tratamiento.

Sin embargo, recomendó a los padres fomentar un estilo de vida sano, acostumbrar a los pequeños a dormir temprano y llevarlos a realizar actividad física de, por lo menos, 30 minutos diarios.

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