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El yacimiento arqueológico de Pompeya, la ciudad de la antigua Roma sepultada por la erupción del Vesubio en el 79 d.C, sigue revelando sorpresas, como el hallazgo de un botín de joyas y amuletos contra la mala suerte anunciado hoy.
El último tesoro encontrado en este lugar próximo a Nápoles (sur de Italia) son numerosas gemas, amuletos, adornos en fayenza o cerámica vidriada, bronce, hueso o resina, todos ellos usados por las mujeres romanas de hace 2 mil años para atraer a la fortuna, según un comunicado.
Estaban dentro de una caja de madera y formaban parte del patrimonio de una familia que no logró llevárselos consigo cuando el volcán rugió y sepultó con sus piedras y cenizas esta por entonces próspera ciudad.
Los objetos, muy bien conservados dentro del material volcánico, ahora han sido restaurados y devueltos a su antigua belleza por el Laboratorio del Parque Arqueológico de Pompeya y pronto podrán admirarse en la Palestra Grande.
El hallazgo se ha producido en una de las salas de la conocida como "Casa del Jardín", situada en la Regio V, el área del yacimiento donde se están concentrando las últimas excavaciones y que no deja de revelar asombrosos descubrimientos.
En la caja había además otros "objetos preciosos" como espejos, colgantes, un broche de unos ocho centímetros, una figura antropomórfica y varias gemas, una en forma de mujer en amatista, otra en cornalina, y una cabeza del dios Dionisos y de un sátiro danzante.
Algunas de estas coloridas joyas se encontraron en otra estancia de la villa, en concreto en su atrio, donde en el pasado se hallaron restos esqueléticos de mujeres y niños y que entre los siglos XVII y XVIII fue objeto de numerosos saqueos.
Se trata, asegura el director general de Pompeya, Massimo Osanna, de objetos "de la vida cotidiana en el mundo femenino" de Pompeya y su valor "extraordinario" reside en que sirven para narrar "microhistorias y las vidas de los habitantes que trataron de huir de la ciudad".
En esa casa, por ejemplo, se encontraron 10 muertos, mujeres y niños que ahora los expertos tratan de trazar el parentesco a través de estudios genéticos.
"¿Quién sabe si la cajita con joyas no pertenecía a una de estas víctimas?", augura Osaana, que subraya que esos amuletos invocan a la fortuna, a la fertilidad y a la protección contra la mala suerte.
Pues representan iconografías vinculadas a ese mundo, como los falos, la espiga, el puño cerrado, la calavera, los escarabajos o de la deidad griega Harpócrates.