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Hoy inician las posadas navideñas, estas fiestas llenas de canto, color y comida tradicional. Aunque lejos quedó el tiempo en el que las personas salían a las calles a pedir posada (pues ya son sólo un pretexto para hacer fiesta en casa), entonando letanías y con velas en las manos, no podemos pasar por alto esta tradición.
Las posadas son festividades que se llevan a cabo en México desde la época de la Colonia. Tienen un carácter religioso, pues representan el peregrinar de José y María en su camino a Belén, pero desde finales del siglo XVIII comenzaron a formar parte de la cultura popular.
Los aztecas y las posadas
Desde antes de la llegada de los españoles, los aztecas tenían una tradición similar. En el mes de panquetzaliztli (equivalente al mes de diciembre) celebraban la llegada de Huitzilopochtli, el dios de la guerra.
La tradición se llamaba “levantamiento de banderas”. Las fiestas iniciaban el día 6 y tenían una duración de 20 días, en los que coronaban a Huitzilopochtli poniendo banderas en los árboles frutales y estandartes en el templo principal.
Los aztecas se reunían en los patios de los templos para esperar el solsticio de invierno, por lo que durante la noche del 24 y el día 25 se realizaban festejos enormes en los que se ofrecía comida a los invitados.
Huitzilopochtli. (Foto: Wikimedia Commons)
La llegada de los españoles y las posadas
Antropólogos como Fernando Híjar, afirman que la tradición de las posadas inició con la llegada de los españoles a México, pues durante el proceso de evangelización se encargaron de eliminar el culto al dios de la guerra e impusieron la práctica europea de las posadas, como preparación de la Navidad.
En un inicio a estas celebraciones se les llamó “Misas de aguinaldo” y desde entonces se llevan a cabo del 16 al 24 de diciembre. En aquella época, se proclamaba una misa con parajes y representaciones alusivas a Navidad, para luego dar pequeños regalos a los asistentes, sí, ¡así surgieron los aguinaldos!
La evolución de las posadas
Conforme el tiempo fue pasando, el pueblo comenzó a agregar más elementos a estas celebraciones con el objetivo de hacerlas más atractivas. Las personas comenzaron a usar velas, luces de bengala y piñatas. Aunque en un principio la iglesia no vio con buenos ojos este cambio, al final fue permitido a fin de que estas festividades tuvieran una mayor difusión. Así, esta tradición se ha transformado de acuerdo con la riqueza cultural de cada zona de México.
Las tradicionales posadas
En una posada tradicional, los invitados a esta celebración se reúnen para representar la solicitud de alojamiento que San José y la Virgen María realizaron durante su peregrinar de Nazaret en camino a Belén. Se organizan dos grupos: los peregrinos (que llevan las figuras de José y María) y aquellos que darán alojamiento. Ambos deben cantar la letanía; cuando se concede la posada y los peregrinos entran a la vivienda comienza la convivencia entre los participantes, la cual llega a su punto importante cuando se rompe la piñata.
Además del ponche y las delicias que podemos saborear en las posadas, debemos destacar la importancia de la piñata, pues simboliza el triunfo de la fe sobre el pecado, es por ello que lleva siete picos, los cuales representan los siete pecados capitales. La fruta o dulces que se ponen en la piñata, representan la gracia de Dios.
Hay quienes son más específicos y señalan que la venda con que te cubren los ojos simboliza la fe, mientras que las personas que cantan alrededor, representan a la iglesia, que te indica el camino para vencer al pecado.
Con información de National Geographic.