La familia de  pidió hoy que el Estado chileno se haga responsable de cumplir con los pagos a los laboratorios internacionales que comprobarían si el poeta murió envenenado por agentes de la dictadura de Augusto Pinochet en 1973.

"Si yo estoy en España ahora y ante otros países estoy haciendo un clamor para que se haga responsable el Estado chileno por pagar esto", señaló a EFE Rodolfo Reyes, sobrino de Neruda y abogado de la familia.

Reyes participó hoy en un acto en la Universidad Complutense de Madrid para recordar el 45 aniversario de la muerte de Pablo Neruda y el próximo domingo asistirá a un homenaje en Barcelona en la plaza que lleva el nombre del poeta.

El abogado aseguró que la deuda del Gobierno con dos laboratorios internacionales ha impedido que se realice la última prueba a los restos del poeta, cuyo resultado es "fundamental" para la resolución del caso que, en su opinión, contó con "la intervención de terceros".

"El impedimento en ese minuto es que el Ministerio de Interior de Chile no ha cumplido con pagar. Hay un incumplimiento de contrato, y no se puede avanzar. Esto es una voluntad política y ahí está el problema", criticó el sobrino del poeta.

Reyes subrayó que es "obligación" de los familiares del nobel de Literatura abogar por la verdad y que hay una necesidad "imperiosa" de conocer los momentos finales de este personaje histórico no solo de Chile sino del mundo.

"Que se conozca la verdad", recalcó el sobrino.

Por su parte, el periodista español Mario Amorós -biógrafo del poeta- consideró que si el Ejecutivo renuncia a hacer los pagos a los laboratorios, sería "un paso más en la estrategia del Gobierno de la derecha en Chile en favor de la impunidad".

Como también lo son, según el historiador, la reciente excarcelación de "criminales de lesa humanidad del penal de Punta Peuco" y los "episodios de negacionismo" de los crímenes de la dictadura.

Pablo Neruda murió en una clínica de Santiago el 23 de septiembre de 1973, pocos días después del golpe de Estado que derrocó al gobierno de Salvador Allende y un día antes de viajar a México para liderar y organizar desde ese país la oposición a Pinochet.

En 2017 un equipo de expertos y peritos aseguró que el poeta no murió de cáncer de próstata, a pesar de que padecía esa enfermedad, pero que desconocían la causa específica del deceso.

Para Reyes esta conclusión produjo un "cambio en la historia" y reforzó el argumento de que en la muerte intervinieron terceras personas y que el certificado de defunción fue "fraudulento".

"Es una falsedad ideológica. Eso ya cambió la historia", dijo el abogado.

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