El famoso Altar de Pérgamo, una de las principales atracciones culturales de Berlín, podrá verse de nuevo a partir del mes de noviembre a pesar de que todavía no ha concluido la remodelacioón del Museo de Pérgamo en el que se encuentra.

De acuerdo a ABC, esta joya arquitectónica, considerada por muchos expertos como la octava maravilla del mundo antiguo, se reabrirá en el interior de un edificio que se levantará frente al Museo de Pérgamo.

En esta construcción provisional se exhibirán aproximadamente 80 obras de la antigua metrópolis de Pérgamo, entre ellas el friso de Teléfono original que forma parte del altar.

El altar cuenta con una gigantesca escalinata y su pórtico está rodeado de un friso de 113 metros de largo por 2.3 de alto formado por 116 placas de relieve.

El hallazgo de miles de fragmentos, conservados gracias a que habían sido utilizados por el reverso como losas de suelo de viviendas y que serían ensamblados en Berlín posteriormente con ayuda de expertos italianos, ya permitió a Conze intuir que “el ciudadano de Berlín se identificará con el dolor reflejado en el friso, pues ha sido su propio dolor durante el periodo revolucionario”.

El tema de la obra con la que culmina la historia de la escultura griega, quizá incluso la historia de la escultura a secas, es la lucha entre los dioses y los titanes, la desesperada pelea de una civilización por imponerse que sigue representado los actuales esfuerzos europeos por preservar sus propios valores.

Fue erigido entre los siglo III y II a.C., durante la dinastía de los Atálidas, en un tiempo en que Pérgamo albergaba unos 60 mil habitantes y contaba con el teatro más grande del mundo, con capacidad para 10 mil espectadores. El altar con su gigantesca escalinata y su pórtico está rodeado un friso de 113 metros de largo por 2.3 de alto formado por 116 placas de relieve.

Para albergarlo, tras la primera ubicación provisional, fue construido en 1930 el museo que lleva su nombre y que se encuentra en la llamada Isla de los Museos de Berlín.

Las obras, que debían terminar en 2019, han sufrido un serio retraso a causa del descubrimiento bajo el museo de una gran estación de bombeo construida en hormigón armado de dos pisos, instalada entre 1910 y 1930 y que tenía que haber sido retirada al terminar los trabajos de construcción.

Por algún motivo no se hizo, y el gigantesco artilugio cayó en el olvido. Ahora, para reforzar los cimientos, es necesario sacarla utilizando maquinaria pesada cuyas vibraciones podrían dañar el altar de Pérgamo, por lo que se ha pensado en unedificio exterior provisional que permita exhibir la obra y ayudar a financiar el proyecto, cuyo presupuesto se ha elevado desde los 261 millones de euros iniciales.

El plan de saneamiento del museo, obtenido  por el fallecido arquitecto alemán O. M. Ungers y ahora en manos de un grupo de trabajo de varios arquitectos, prevé, entre otros arreglos, la construcción de una cuarta ala para el edificio.

De hecho, esa cuarta ala figuraba en el proyecto original de inicios del siglo XX, diseñado por Alfred Messel y continuado a su muerte por Ludwig Hoffmann. La remodelación integral de la Isla de los Museos fue retomada tras la reunificación en 1990.

Altes Museum, Neues Museum, Alte Nationalgalerie, Museo Bode y el Museo de Pérgamo acabarán formando un único complejo con acceso conjunto inspirado en la idea de Schinkel. La fecha prevista de apertura es 2025.

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