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Entre cuestionamientos y algunos momentos de tensión, académicos e investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) compartieron posturas durante el seminario “El Tren Maya. Realidades y mitos”, coordinado por Bolfy Cottom, antropólogo y especialista en legislación cultural, en la Dirección de Estudios Históricos.
En la primera mesa participaron Javier Velázquez Moctezuma, en representación de Rogelio Jiménez Pons, director general del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur); Pedro Francisco Sánchez Nava, coordinador Nacional de Arqueología del INAH; y Fernando Mohedano, investigador y docente de la Escuela Superior de Turismo del Instituto Politécnico Nacional (IPN), quienes en alrededor de 30 minutos hablaron del Tren Maya desde el proyecto que tiene el Gobierno Federal, las normativas del INAH y el proyecto de turismo que se implementará en el área.
Velázquez Moctezuma explicó que el proyecto está pensado para transitar por mil 525 metros y que tendrá 15 estaciones distribuidas entre Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quitana Roo; sin embargo, informó que la mitad de la vías son las mismas que fueron construidas desde hace 50 años.
“Hay una vía férrea que va de Palenque a Mérida y ya existe desde hace más de 50 años y por la que transcurre con cierta regularidad un tren; por donde no hay vías férreas lo que existen son carreteras y torres de electricidad y ahí será construido el nuevo Tren Maya. (Habrá) una consulta a los pueblos originarios que tiene que informar previa, libre y culturalmente para que los pueblos indígenas tomen una decisión y cómo participar en él. Este no es un proyecto que avasallará o que no respetará a las comunidades, no es un proyecto que se genere como en los gobiernos anteriores”, enfatizó el representante de Fonatur.
El funcionario definió al Proyecto del Tren Maya como incluyente, pues en él participarán sociedad civil, empresa, academia y gobierno, y que también será un “acto de justicia (en la región) que permitirá reactivar la economía”. Mientras que para evitar daño a animales de la región, se realizarán “pasos de fauna”, es decir, puentes.
Pedro Francisco Sánchez Nava dijo que en la región por donde se prevé que sea construido el Tren Maya atraviesa por diferentes centro arqueológicos; sin embargo, dejó en claro que el Instituto Nacional de Antropología e Historia no autoriza proyectos, sino que realiza un acompañamiento para la salvaguarda del patrimonio cultural mexicano y que en este caso no será la excepción porque el área del proyecto hay 3 mil 24 sitios arqueológicos inscritos en el Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicas e Históricos.
No obstante, el coordinador de Arqueología del INAH indicó que hasta el momento no les han hecho saber la ruta ni las estaciones que tendrá el Tren Maya, e insistió en que si bien, los sitios arqueológicos tienen una coordenada de ubicación es necesario considerar que es para su localización y tienen perímetros más amplios que pudieran encontrarse en varios puntos con algunos lugares del planificados para el proyecto.
Sánchez Nava también habló de las consecuencias que traería el Tren Maya, como un incremento en solicitudes para eventos -como rituales o trabajos de fotografía y video- y un aumento en la cantidad de turistas, por lo que indicó, es necesario hacer estudios para analizar la capacidad de carga de cada una de las construcciones prehispánicas.
En su oportunidad, Fernando Mohedano habló sobre el turismo regenerativo, tipo de turismo que el visitante sea consciente del lugar donde se encuentra para evitar daños al patrimonio.
Terminadas las ponencias, académicos e investigadores del INAH cuestionaron el papel que ha tenido el Instituto frente al proyecto del Tren Maya e inconformes dijeron que se habían emitido cartas al presidente Andrés Manuel López Obrador que no habían tenido respuesta.
Javier Velázquez Moctezuma intentó dar una explicación; sin embargo, fue interrumpido con risas o murmullos, a lo que dijo: “perdón, si creían que veníamos consultarles para ver si el Tren se hace o no, hubo una confusión”, aunque después comentó que los canales estaban abiertos para entablar un diálogo.
Agregó que alrededor de 1.5% del presupuesto del Proyecto del Tren Maya será destinado para salvamento arqueológico, que equivaldría a mil 50 y mil 500 millones de pesos, dinero que “es suficiente” y que, dijo Sánchez Nava, también será para “todos los estudios del INAH”.