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La imaginación y la creatividad estimuladas por la literatura infantil levantan vuelo en un antiguo avión convertido en biblioteca, para acoger a diario a decenas de pequeños ávidos lectores en Bolivia.
El populoso barrio de Wayrak'asa, en el sur de la ciudad central de Cochabamba, acoge al Biblioavión, una imponente aeronave Convair T-29B cuya fecha de entrega se remonta a 1953 según su placa de identificación serial.
Por fuera luce como cualquier avión, aunque los libros y la consigna "La lectura es mi locura" pintados en su exterior arrojan pistas de lo que se encuentra por dentro.
Mesas, sillas y estantes llenos de cuentos, libros didácticos y novelas infantiles crean un ambiente que invita a niños y adolescentes a la lectura en esta peculiar biblioteca, que es parte de la red del Centro Simón I. Patiño.
"Los niños sienten que están volando en el avión, obviamente a través de la lectura", dijo a Efe el responsable de la Red de Bibliotecas Simón I. Patiño, Juan Carlos Ayala.
Con el antecedente de haber convertido antes vagones de tren en bibliotecas, el centro buscó instalar "otro espacio alternativo" similar para promover la lectura.
Así se decidió optar por un avión, "porque es algo llamativo", y el elegido fue uno en desuso que estaba en La Paz y pertenecía a la Fuerza Aérea Boliviana, según Ayala.
El centro gestionó la compra de la aeronave y la trasladó por partes en camiones hasta Cochabamba, para volver a armarla en Wayrak'asa.
La llegada del Biblioavión al barrio supuso una mejora enorme del lugar, pues donde antes estaba un terreno abandonado hoy se encuentra un parque infantil engalanado por la aeronave.
Han transcurrido 17 años desde aquella travesía para instalar esta biblioteca infantil, "casi toda una vida", sobre todo para los primeros pasajeros que tuvo el Biblioavión, muchos de ellos profesionales en la actualidad, recordó el responsable de la red.
Con una capacidad para acoger a una treintena de niños, el Biblioavión abre en las tardes de martes a sábado y trabaja con menores a partir de los 5 años en la motivación a la lectura, estrategias de comprensión y apoyo escolar, explicó a Efe la responsable de esta biblioteca, Julieta Pardo.
El reto de las bibliotecas para atraer lectores ha sido mayor últimamente ante el avance de las tecnologías y el uso de teléfonos móviles, reconoció Pardo.
Para hacer frente a este reto, el espacio decidió apuntar al desarrollo de la creatividad de los niños mediante actividades complementarias a la lectura, como las dramatizaciones, los títeres, el origami -papiroflexia- o la filigrana.
"Recurrimos a todo tipo de técnicas creativas para que los niños vean que no solo se trata de leer, comprender y hacer todo un proceso, sino también de divertirse y pasar buenos momentos", sostuvo Pardo, que trabaja en el Biblioavión desde hace doce años.
También ofrecen apoyo escolar a través de sus clubes de lectura, que se reúnen una vez por semana y que están conformados por una veintena de niños cada uno, según la responsable de la biblioteca.
Los domingos están reservados para las familias, pues la biblioteca ofrece actividades sin restricción de edades, pensadas también para los niños de preescolar.
"El espacio les brinda libros para que los papás puedan leerles, puedan compartir una lectura y a la vez puedan realizar una serie de juegos didácticos con sus hijos", manifestó Pardo.
La biblioteca tiene unos sesenta usuarios fijos que asisten a su talleres y clubes de lectura semanalmente, mientras que los domingos recibe a entre 30 a 40 personas.
"El espacio no es turístico, no entran, miran y se salen, sino que tienen que quedarse y aprovechar del espacio, el material y las actividades que se les brinda", aclaró la responsable.
Por ello, los domingos, que es cuando tienen una mayor demanda, las familias ingresan por grupos y salen "una vez que han terminado y están satisfechos con los procesos", añadió.
La oferta literaria es variada e incluye unos mil 500 textos de autores de diversas nacionalidades, como los argentinos Gustavo Roldán y Ricardo Mariño o el inglés Anthony Browne.
Los más demandados son los "libros álbum", un formato en el que el texto y la imagen se vuelven inseparables.
Hace poco el Biblioavión fue reconocido como la "Biblioteca del año a nivel nacional" por el Colegio Nacional de Profesionales en Ciencias de la Información de Bolivia.