Los lujosos complejos hoteleros ya no son lo único que roba miradas si se transita sobre el freeway que conduce a la “Ciudad del Pecado”. Ahí, justo enfrente del Mandalay Bay, ese hotel famoso por albergar importantes peleas de boxeo y tener incrustaciones de oro en todas sus ventanas, emerge un coloso de concreto que -dentro de algunos años- será otro atractivo en la urbe que nunca duerme: el nuevo estadio de los Raiders, franquicia de la NFL.

La construcción arrancó durante el segundo semestre de 2017 y está programado para ser inaugurado en agosto de 2020, justo antes de que arranque la temporada del futbol americano. A poco más de un año para esa fecha, buena parte de la estructura ya está construida, además de que cientos de obreros con casacas verdes fluorescentes y cascos blancos no sucumben ante el intenso calor de Nevada, porque nada puede interponerse en el sueño de una ciudad que sueña con ser parte de la Liga más famosa y lucrativa del deporte en el mundo.

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Es por eso que el ayuntamiento de Las Vegas no dudó en ingeniárselas para asumir buena parte de los mil 800 millones de dólares que costará la construcción de un estadio que tendrá techo, para combatir el extremoso clima de esta zona de Estados Unidos. Se puede apreciar que algunas partes de las tribunas están prácticamente terminadas, aunque no se permite el acceso a nadie ajeno a la obra.

Es la nueva joya de Las Vegas, ubicada muy cerca de la zona hotelera, esa que también contribuyó para la construcción. Desde hace poco más de dos años, los impuestos por el alquiler de habitaciones en los principales hoteles de la ciudad se incrementó casi un punto porcentual por noche, lo que ha arrojado una ganancia de casi 140 millones de dólares, que han sido integrados para ayudar a costear la obra.

Otros 328 millones de billetes verdes han sido puestos por los Raiders y una subsidiaria de construcción. Todo, con el objetivo de tener listo y a tiempo a este gigante de concreto que tendrá capacidad para 67 mil aficionados, pero podrá incrementarse hasta 72 mil, según las necesidades.

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Por ahora, la única controversia es el estacionamiento, el cual -según el contrato firmado por el ayuntamiento y la franquicia deportiva- debe tener capacidad de 16 mil cajones y su construcción dependerá exclusivamente de los Raiders, que ya buscan socios comerciales para absorber el gasto.

Las Vegas es la ciudad que nunca duerme, la de las interminables opciones de entretenimiento que ve erigirse a una más, esa que el próximo año traerá a la NFL por los próximos 30 años, como mínimo.

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