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Al Tuca no le agradó nadita, pero nadita, que Pedro Caixinha se tardara más de lo normal en la conferencia de prensa, pero el mismo Ferretti tuvo la culpa porque cuando se le pidió que asistiera a dar declaraciones, se puso sus “moños” y dijo que “si querían”, esperaran unos 20 minutos más, lo que fue aprovechado por Caixinha para hablar antes de lo previsto.
La gota que derramó el vaso fueron los dimes y diretes entre el técnico portugués y Nahuel Guzmán ya en la zona mixta. Fue cuando el brasileño explotó, le dio una regañiza a Ricardo Peláez y se fue sin dar declaraciones, “colorado” del coraje.
Mano dura rojiblanca con el “indisciplinado” Marín
Como niño malcriado, el defensa estará castigado, “encerrado en su cuarto y sin jugar” hasta que se gane de nuevo la confianza del técnico José Cardozo.
Pero esto no significa que el Rebaño le quite la vista de encima, incluso, Marín —quien incurrió en indisciplina al chocar su vehículo durante la madrugada del jueves—, estará pegado lo más posible a los auxiliares tanto en los juegos de local como de visitante aunque no sea llamado ni para calentar la banca, como ayer en el Nemesio Díez, ante el Toluca.
La instrucción de los altos mandos es clara por ahora: alejarlo de los reflectores y la prensa hasta nuevo aviso.