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En 1930 el presidente de la FIFA Jules Rimet, le designó al escultor francés Abel Lafleur diseñar la famosa Copa del Mundo, misma que estaría hecha de plata esterlina bañada en oro y lapislázuli, misma que pretendía representar a Niké la diosa griega de la victoria. Su medida eran 35 centímetros de alto y con un peso de tan solo 4 kg.
En marzo de 1966 el trofeo Jules Rimet (nombrado así en honor al presidente) fue robado durante una exhibición en Westmister aunque apareció siete días después, sin embargo, en 1970 Brasil se proclamó campeón y como se había estipulado que el ganador se llevaba el trofeo a casa, provocó que se fabricara el remplazo.
Dicho remplazo se utilizó en 1974 cuando se disputó el torneo en Alemania Occidental. Esa copa fue hecha de oro de 18 quilates con una base de malaquita y representa a dos figuras humanas sosteniendo la Tierra.