El mandatario de Estados Unidos, Donald Trump, y el presidente del Consejo de Administración de Grupo Televisa, Emilio Azcárraga Jean, fueron piezas clave para la negociación de la candidatura común de América del Norte para traer el Mundial de futbol en 2026.

El resultado de la votación se dio tras una intensa disputa con los países árabes y en medio del desprestigio de la FIFA por el escándalo de sobornos e investigaciones de corrupción contra Joseph Blatter y el cese del secretario general de la organización, Jerome Valcke, en 2015.

De acuerdo con datos recabados por EL UNIVERSAL, esta es la historia detrás de lo que ahora se considera un triunfo para la región y que fue motivo de celebración por la federación mexicana: la idea de una candidatura común tuvo su origen en una charla hace tres años entre Azcárraga Jean y Sunil Gulati, presidente de la federación estadounidense de futbol. Con la estrategia en puerta, buscaron al jefe de la Concacaf, Víctor Montagliani, quien a su vez hizo contacto con Steve Reed, cabeza de la asociación canadiense, para sumarlo al proyecto.

Después de un año de negociaciones entre las tres federaciones, incluido Decio de María, firmaron “acuerdo de sociedad” para ir en la búsqueda del Mundial en 2026: nunca en la historia se había hecho un certamen con la participación de tres países, en el contexto de serias disputas internacionales e investigaciones de corrupción de la FIFA.

Posteriormente, Gulati viajó a México para seguir con las conversaciones. Lo hizo en 2017, cuando la selección de Estados Unidos jugó en el estadio Azteca el 11 de junio de ese año. Pero hubo una complicación: tuvo que renunciar a la federación porque su equipo no obtuvo la clasificación a Rusia. Esa situación dejó mal parados a Azcárraga y De María; se quedaron prácticamente solos y en cero.

En el impasse, se invitó a Robert Kraft, propietario de los equipos de futbol americano Patriotas de Nueva Inglaterra y de soccer New England Revolution, así como del estadio Gillette, donde juegan ambas escuadras. Un hecho relevante ocurrió con este personaje: es amigo personal de Trump. Pronto se convirtió en presidente honorario de la candidatura y en pieza clave de la Casa Blanca para el plan trinacional.

Azcárraga y Kraft armaron una estrategia conjunta para continuar con la candidatura trilateral, que quedó sellada el 19 de noviembre de 2017, en el juego de la NFL entre los Patriotas y los Raiders.

Kraft acompañó a su equipo a jugar en el estadio Azteca, propiedad de Azcárraga, y ahí se repartieron las tareas de cabildeo entre confederaciones y las más de 200 delegaciones FIFA en el mundo.

El estadounidense tenía que resolver un problema importante: la FIFA requería un estudio integral y objetivo de cada país solicitante, luego de los escándalos por sobornos. Para ello, la federación solicitó que se contestaran cientos de preguntas y se obtuvieran todo tipo de autorizaciones gubernamentales, entre ellas migratorias, para que cualquier país que calificase al Mundial de 2026 pudiera tener acceso a Canadá, Estados Unidos y México.

Sin embargo, el gobierno de Trump se negaba a dar un salvoconducto para varios países árabes, el llamado Muslim ban, tema que incluso llegaría a tribunales en Estados Unidos. Kraft negociaba con las autoridades de su país los avales migratorios cuando varios países empezaron a considerar el apoyo a la candidatura marroquí, bajo el argumento de que Washington estaba maltratando a los países islámicos.

Al final del día, se consiguieron los avales para satisfacer todos los requisitos del Cuaderno de cargo: estadios modernos y funcionales. Ahí entró el cabildeo del círculo familiar del presidente Trump.

Paralelamente, Azcárraga negociaba con las federaciones de cada país y con las ligas regionales de futbol, como la UEFA y la Concacaf. El cabildeo se concentró en invitar a conocer la remodelación del estadio Azteca y el centro de transmisiones digitales de Televisa. Hace un par de semanas, Alan McRae, presidente de la Federación de Escocia, quien estuvo en México para el partido amistoso contra México, se comprometió a meter la mano para convencer a los países europeos.

La decisión llegó el miércoles 13 de junio de 2018 para Canadá, Estados Unidos y México —la llamada por FIFA “candidatura de unidad”—, con 134 votos y 65 para Marruecos. En el equipo del propietario de Televisa se tiene la certeza de que la votación dejó ver el cabildeo de Azcárraga: todos los países hispanoparlantes e integrantes de la Organización de Telecomunicaciones de Iberoamérica, la OTI, apoyaron la candidatura tripartita [salvo España, que por afinidad con México, pero por vecindad con Marruecos decidió abstenerse]. Rusia también hizo lo mismo.

El apoyo a Marruecos provino de sus vecinos de África del Norte, de varias naciones islámicas; de Francia, por haber sido su colonia; de Qatar, que se molestó por los señalamientos de corrupción de Estados Unidos hacia su país por la Copa del Mundo de 2022, y sorprendió que varios aliados estadounidenses, Holanda, Italia o Bélgica, hayan apoyado la candidatura marroquí. Todo esto deja ver una nueva geopolítica que también juega futbol.

Los conocedores de la operación de la FIFA comentaron que si bien los ingresos serán mayores (regalías y ventas) por el Mundial en América del Norte, sin el apoyo de México y Canadá no se hubieran obtenido los votos para la aprobación del Mundial en 2026.

Desde Rusia, Azcárraga comentó a este diario que estaba “muy satisfecho de haber ayudado a traer un tercer Mundial a la afición mexicana”. “Gracias a las directivas de @ClubAmerica, @Rayados y @Chivas, a la @FMF por facilitar e invertir en sedes, al @EstadioAzteca por las múltiples informaciones dadas a @gobmxpreparación técnica y al #vamoscontodoFIFA, tendremos Mundial por tercera ocasión”, escribió en Twitter.

Gracias a las directivas de @Chivas, @Rayados y @ClubAmerica - @EstadioAzteca por facilitar e invertir en sedes, a la @FMF por toda la preparación técnica y al @gobmx por las múltiples informaciones dadas a FIFA. Tendremos Mundial por 3a ocasión. Desde Rusia, #vamoscontodo

— emilio azcarraga (@eazcarraga) 13 de junio de 2018

Desde ahora, la candidatura de unidad empezará a prepararse para un Mundial que será dentro de ocho años y deberá detallar con la FIFA qué juegos se realizarán en cada uno de los 16 estadios. En México, el estadio Azteca —donde se jugará el partido inaugural— y su zona periférica serán motivo de una intensa renovación.

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