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Por primera ocasión en siete meses, Saúl Álvarez y Gennady Golovkin se vieron a los ojos al tiempo que la furia de ambos tuvo que ser contenida antes de que se pelearan.
“La actitud de Canelo me demuestra que no es un campeón”, declaró Golovkin.
Los dos clavaron la mirada y el ánimo se encendió entre los casi 10 mil personas que acudieron a la ceremonia de pesaje.
Los entrenadores de ambos peleadores, José Reynoso(Canelo) y Abel Sánchez (GGG) también se empujaron en su intención por seperarlos.
Golden Boy Promotions prefirió que el miércoles al terminar la conferencia de prensa, no hubiera cara a cara para guardar el momento para hoy.
“Estaba muy emocionado por todo el trabajo que he hecho. El sábado pelear será lo más fácil”, señaló Álvarez.
El kazajo fue el primero en subir a la báscula y marcó 159.5 libras, Canelo 154.4.
El equipo de los dos peleadores con Óscar de la Hoya en medio, tuvo que intervenir para separar a los dos pugilistas que mañana se medirán por segunda ocasión en su carrera.