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"¿Qué sí vivo mal en Mérida (Venezuela), la verdad es que no... Soy un privilegiado, al ser jugador de futbol te dan todo, el club me provee de lo que necesito, sé que hay problemas en el país, pero yo vivo bien".
Es el otro lado de la moneda de la sociedad venezolana.
Quien habla es Lorenzo Luz Rodríguez, el “Cohete”, quien por segunda ocasión en su carrera fue contratado por el Estudiantes de Mérida, de la Liga Venezolana.
Hace año y medio, "jugué por primera vez aquí, hice 15 goles, me apodaron el “Cohete” por mi velocidad, era el jugador más rápido de la Liga”, comenta el regiomontano de 27 años de edad, que ha hecho su carrera en el extranjero.
Lorenzo picó piedra en México, hizo la prueba en Tigres en diversas ocasiones, y nunca se quedó. A los 18 años jugaba en la Sub 20 del Atlante, para después pasar a los Potros UAEM y de ahí, “un agente me llevó junto a otros jugadores a Italia , a un centro de alto rendimiento.
Estuve un mes allá, entrenábamos y el fin de semana hacíamos partidos en distintos clubes para que alguien nos viera y nos contratara. Fue a España, a un equipo que se llamaba Jumilla, fui a Suiza, pero por nunca haber debutado en Primera División no pude firmar. Fui a los Estados Unidos, jugué en el Miami United de la NASHL y de ahí me trajeron a Venezuela, gracias a unas visorías que hizo David Paéz”, ex técnico de la Selección Vinotinto.
Fue fichado por el Estudiantes, era el 2016, “y la verdad es que me fue bien, hice 16 goles, pero”…
Otra vez el tema del dinero, “no me pudieron renovar y me fui de pata de perro de nueva cuenta a la segunda de Lituania, y de ahí me volvieron a llamar… Estoy de regreso”.
Han pasado dos, casi tres años desde que se fue y regresó a Venezuela, una Venezuela llena de dudas, de carencias, de opiniones radicales, de dos presidentes, pero eso a Lorenzo Luz, parece que no le afecta.
“Antes., cuando vine por primera vez, no había muchas cosas, había mucho desabasto, pero hoy existen más cosas en las tiendas, pero muy caras, las cosas están muy caras", dice.
Alejado de la incertidumbre social, Lorenzo asegura que Venezuela es un oasis en el desierto del futbolista mexicano que busca triunfar en el extranjero, "no veo mucho las noticias, sí, sé que el país vive momentos complicados, pero yo puedo decir que no he visto protestas en las calles, o abuso de policías, para mí todo es normal. Del hotel al entrenamiento, a la casa de algún amigo y punto. Yo estoy bien, como extranjero vivo bien, no siento todo lo que dicen fuera. Mérida, en realidad, es muy tranquilo”.
Pareciera que no pasara nada, según Rodríguez, “mira, si necesito algo, el club se encarga de dármelo. Quizá porque sea provincia no haya tanto problema. Tengo un buen sueldo, aunque repito, las cosas están muy caras”.
Lo que podría decir que es molestia, “es que hay filas largas para obtener gasolina, medicinas y demás, pero eso ni lo sufro, como soy medio famoso me brinco la cola... Aquí me tratan muy bien".
El torneo venezolano lleva quince días de iniciado pero Lorenzo no ha podido debutar, "necesito la visa de trabajo, tengo que salir del país, tengo que ir a Cúcuta (Colombia)... En el club me dicen que ya está, sólo hay que ir, supongo que será en estos días, no sé si esto se detenga por los problemas que hay".
El Estudiantes de Mérida juega en el estadio Metropolitano, que tiene capacidad para 44 mil personas, pero a los juegos del equipo de futbol, “apenas van 4 mil… Y eso es mucho. La gente prefiere ver los partidos por la televisión, hay afición, pero no van al estadio, de qué se vive, de que el equipo clasifique a las Copas, la Sudamericana o la Libertadores, ahí comienza el negocio con lo que paga la televisión, además de que venden jugadores”.
Es un futbol en donde difícilmente se va a trascender...”sí, pero mi padre alguna vez me dijo: 'lucha por tus sueños, no importa cuánto tardes' y lo hago acá. Mis metas y mis objetivos se pueden cumplir aquí, y después lo que siempre he soñado: regresar a mi país, jugar en el futbol de México. Increíble, no he debutado, pero espero hacerlo, aún día, algún día”.