Al terminar la conferencia de prensa del juego ante Veracruz, había quedado clara una cosa: la directiva de Cruz Azul no había pensado en echar a Pedro Caixinha, porque le había agradado la enjundia del equipo, más allá de que el accionar no es el idóneo, pero...

La decisión de dar una conferencia de prensa para desmentir su destitución, fue única y exclusiva del portugués, brincándose a Ricardo Peláez que pretendía mantener un perfil bajo esta semana.

Peláez se molestó por la forma en que el técnico portugués abordó el tema de las "Fake News" de su supuesta salida de la dirección técnica, con datos generalizados y sosos de un estudio del año pasado. Incluso, el director deportivo no bajó a las canchas para supervisar el entrenamientode hoy; permaneció a la distancia, en una terraza junto a la tribuna.

Simplemente no había necesidad de hacerlo, y más que tranquilizar, agitó las aguas, aún más, en el seno cementero. No es que por esto despidan a Caixinha, pero no gustó su actitud.

Para decirlo con otras palabras: no se manda solo.

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