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Gerardo Martino es extremadamente celoso de la intimidad de su equipo, y a diferencia de otros técnicos que hacía grupo con toda la comitiva: logística, prensa, video y demás, en esta ocasión no.
Para muestra un botón y el Tata pone las cosas claras y en distancia en la comida, dónde nadie más que jugadores y cuerpo técnico pueden estar. Ahí está la intimidad del Tricolor y nadie más puede ingresar, ni los directivos. Eso sí, si se filtra algo de lo que sucede ahí, sabrá que su grupo no es tan cerrado como quiere hacerlo.