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La venta de “chocolates cannábicos”, “galletas mágicas”, brownies con marihuana y hasta en pan de elote, sólo son algunas de las variantes con las que narcomenudistas ofertan drogas en la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán, por lo que directivos de este campus decidieron replicar la campaña contra la venta y consumo de estupefacientes que inició el rector de la UNAM, Enrique Graue.
Es común que en Acatlán y en otros campus de la UNAM ubicados en el Estado de México se realice la venta y consumo de drogas, especialmente marihuana, metanfetaminas, LSD, cocaína y DMT.
“Es algo que ha ocurrido siempre”, pero que afortunadamente sólo involucra a una minoría, dijeron profesores a EL UNIVERSAL.
En pasillos, explanadas y en “el revolcadero”, como llaman a los amplios jardines de la FES, es común que chicas y jóvenes ofrezcan “chocolates de cannabis”, “galletas mágicas” y brownies de marihuana, en “20 pesos la pieza o dos por 30”.
“Muchos sólo nos reímos al escuchar estas ofertas, comentó Laura. Incluso hay quien asegura que este tipo de “droga gourmet” se hace por pedido vía WhatsApp a “Mari Panquesitos”, quien llega desde Ciudad Universitaria a entregar los productos con previa cita.
“La carpa” es un puesto de fotocopias que opera en la explanada central bajo una vieja lona, donde cualquier alumno puede ir por una impresión o bajar un material de internet, mientras los encargados beben cerveza y fuman sus churros de marihuana, “son un mal necesario, porque ofrecen un servicio en el que hacemos fila, porque necesitamos copias o imprimir algún trabajo”, reconocieron alumnos.
Este centro de fotocopiado pirata utiliza el wifi oficial de la Universidad y opera desde hace años en la explanada central de la FES Acatlán, sin que la autoridad lo impida.
Este grupo tiene bajo su control el salón A-805, que se encuentra en el edificio ocho, mismo que utilizan como bodega para almacenar tanto su mercancía para las fotocopias como droga. El interior está grafiteado, además de que se pueden observar envases vacíos de cerveza.
“En la explanada principal hay mesas al aire libre, donde llegas te sientas y esperas a que se aparezca un dealer preguntando si necesitas algo. Esa es la clave para hacer la conexión e iniciar la compra-venta de droga, luego de escuchar el largo listado. Los churros son a siete pesos”, dice una alumna.
Según autoridades educativas de la FES Acatlán, la comunidad estudiantil la integran 22 mil personas y “el tema del narcomenudeo no es nuevo, pero hoy puede ser usado para desprestigiar a la institución”.
Para desalentar la venta ilegal de mercancías dentro de la FES Acatlán, de septiembre de 2007 a la fecha se han recuperado espacios, como pequeñas bodegas en la zona de idiomas que usaban, abrían y cerraban con candados vendedores ambulantes; además, rescataron salones como el del edifico seis.